El triunfo mexicano se celebró en la Comarca y tras los abrazos, algunos siguieron con el otro juego. (J. Galindo)
A pesar de los más de 10 mil kilómetros de distancia, en la Comarca Lagunera se vivió muy cerca la victoria de la Selección Mexicana ante Corea del Sur en Rostov, durante la Copa del Mundo.
Los laguneros se pusieron las camisetas verdes para apoyar a distancia al "Tri", congregándose en torno a las pantallas para seguir las incidencias del segundo encuentro de la fase de grupos en el que México buscaba dar un paso importante hacia su clasificación a octavos de final.
Desde las 9:00 horas pudo percibirse un aumento en la circulación de vehículos por las principales avenidas y bulevares de la Comarca, nadie quería perderse la entonación del Himno Nacional Mexicano y el silbatazo inicial.
Algunos "Godínez en desgracia" tuvieron que seguir el partido desde la oficina, haciendo uso del internet, el teléfono, las redes sociales y cualquier otro recurso era válido, aunque a algunos jefes se les "ablandó" el corazón y dieron permiso a sus trabajadores para observar el partido. Quienes tuvieron su sábado libre, acudieron a diferentes restaurantes para disfrutar en compañía, en esta ocasión hubo fruta, hot cakes y huevos revueltos.
El primer festejo lo provocó el árbitro turco Milorad Mazic, quien silbó un penalti favorable a México y se encargó Carlos Vela de canjearlo por gol, explotando el júbilo en los restaurantes laguneros, donde los asistentes brindaban con café y jugo de naranja, aunque algunos ya degustaban las primeras cervezas del día, la situación así lo ameritaba.
Llegó el medio tiempo y el nerviosismo estaba latente, la ventaja era mínima y el partido aún joven; para tratar de distraerse un poco, los meseros incluso ejecutaban vistosas coreografías de baile, eso sí, sin dejar de atender a la clientela.
"Me vine para acá porque en el otro restaurante no vendían 'cheve', que hasta las 12 iban a empezar, como quiera las calles están solas y llegué rápido", dijo apresurado Javier mientras se sentaba con los ojos fijos en la pantalla y rápidamente buscando un mesero.
Por momentos hubo silencio ante las aproximaciones del equipo asiático, pero con el contragolpe letal que culminó "Chicharito" enviando la pelota a la red, llegó otra nueva explosión de júbilo.
Desde La Laguna los espectadores coreaban el nombre de Oribe Peralta esperando ver en la cancha a su paisano, pero finalmente no pudo entrar a la cancha y antes del silbatazo llegó la anotación de los coreanos que generó nerviosismo, pero no lo suficiente para ahogar ese sentimiento de triunfo.
