Ramón Orantes Rodarte ha visto nacer y crecer a sus dos hijos, desde un campo de beisbol. (Especial)
Para todo deportista profesional, su trabajo implica sacrificios que en ocasiones son muy dolorosos, no es la excepción para los beisbolistas, quienes como muchos hombres, sueñan con convertirse en papás cuando llegue el momento adecuado, aunque luego puede dificultarse la tarea de ser el jefe del hogar, ante las exigencias de tiempo, propias de su actividad.
Los peloteros salen de casa siendo prácticamente niños y si llegan a establecerse como profesionales, pasan más de la mitad de sus vidas en viajes, entrenando, estudiando y jugando, con realmente escaso tiempo para desarrollarse en actividades de ocio. Como beisbolistas profesionales de la Liga Mexicana, se cumple el sueño de jugar el Rey de los Deportes junto a grandes peloteros y ante los aficionados de todo el país, pero también hacen sacrificios como los largos y constantes viajes, la comida fuera de casa, pocas horas de sueño, pero quizá ninguno tan grande como el pasar prolongados períodos fuera de casa, sobre todo cuando se es papá.
CUMPLE SU SUEÑO
Ese ha sido el caso del bajacaliforniano Ramón Orantes Rodarte, quien tras una brillante trayectoria de 24 temporadas como jugador de la Liga Mexicana de Beisbol y estelar en la Liga Mexicana del Pacífico con los Cañeros de Los Mochis, continúa su carrera ahora como mánager, cumpliendo otro sueño que tenía dentro del beisbol, pero también siendo obligado a permanecer en ese trajín de viajes y compromisos que no le permiten estar más tiempo en el hogar. Durante pleno Día del Padre, Ramón está en pretemporada con su equipo, como lo ha estado más de la mitad de su vida en esta significativa fecha, todo en pos de seguir su sueño de vivir a tope el Rey de los Deportes.
"Son de las cosas sufridas del beisbol, uno quiere estar con la familia, con los hijos, pero uno trabaja para darle lo mejor a la familia. Desgraciadamente, el beisbol nos quita a veces de esas fechas importantes, pero estoy contento por estar en el beisbol, porque de aquí estoy forjando a mis hijos con buenos objetivos, el beisbol me ha dado todo y si volviera a nacer, elegiría nuevamente como trabajo al beisbol, porque me ha quitado cosas, pero también me ha dado muchas cosas positivas", afirmó Orantes.
PAPÁ “DESIGNADO”
Mientras Ramón ha estado en el diamante bateando o dirigiendo desde el dug out, ha sido su esposa Raquel Castañeda, quien ha tomado el rol de padre de Jesús Nomar, de 13 años de edad y de Allison Raquel, de 10 años, cumpliendo de gran manera, tal y como lo ha hecho Orantes durante su carrera profesional.
"Ella es la que se merece todo, porque son fechas importantes en las que uno no está y es ella la que lidia con todo, han habido graduaciones y otros eventos en los que ella se convierte en padre y madre al mismo tiempo, mi esposa se merece todo el reconocimiento", confesó.
Como todo hombre, el mánager de los históricos Algodoneros del Unión Laguna se siente pleno al tener a sus hijos en sus brazos y verlos crecer, sustentando su desarrollo y educación a través del desempeño en el beisbol profesional: "el nacimiento de mis hijos son momentos que no se te olvidan, tanto anhelas el ver nacer a tu bebé, tenerlo entre tus brazos, te cambia la vida, a mí me puso el mundo de otro color cuando tuve entre mis brazos al niño, luego a la niña, son momentos muy felices e inolvidables, nunca se te van a borrar de la mente", sentenció.
