Uno de los buscadores más importantes de Internet, Google, dedica su último doodle, en conmemoración del 132 aniversario del nacimiento de la destacada mujer duranguense Hermila Galindo Acosta, nacida en Avilés, hoy Ciudad Juárez, Durango el 2 de junio de 1896. Lo que constituye un orgullo para los laguneros, que una de sus personajes más representativos sea tan valorada universalmente. Mi atrevimiento de resaltar la vida de esta paisana nacida en un municipio diferente al de Gómez Palacio en el que desempeño mi modesta actividad de cronista, se debe a la relación de parentesco que tengo con la mencionada, prima hermana de mi abuela Florencia Galindo Aguilera, quien fue madre a su vez de mi progenitor Jesús Ramírez Galindo. Reconociendo la valiosa y fundamental labor que desarrolló para censurar las injustas leyes de nuestro país, que impedían entonces, muchas de las libertades y los derechos de las mujeres. Encabezando la lucha de las feministas en los años de 1915 al 1920 en que fue considerada como una de las mujeres más activas y extremas por la intensidad de sus propuestas, mismas que encendieron la llama de la resistencia, apoyando planteamientos avanzados y jamás escuchados antes en nuestra patria para la emancipación de la mujer, en relación con temas de sexualidad, el divorcio y la protección a las concubinas, criticando a la religión que alentaba la resignación y el avasallamiento. Hay que decir que luchaba en contra de algunas de su mismo género, que preferían seguir conservando el estatus de la ignorancia, la conformidad y las ataduras a la dominación de los hombres y consideraban como una inmoralidad que se tocaran esos temas. Con el paso del tiempo Hermila se ha convertido en un símbolo mundial del feminismo y de la rebeldía fundamentada, además de referente obligado en todas las luchas a favor de la mujer en el planeta.
Los Galindo eran una familia de agricultores oriundos de Avilés, Dgo., ella fue hija del señor Rosario Galindo y de la señora Hermila Marcela Acosta. A los tres días de nacida falleció su madre que no era la esposa legitima de Rosario y su tía Ángela Galindo se hizo cargo de la crianza de la menor, para lo cual la familia Galindo le proporcionó una propiedad en Lerdo y los medios para la manutención de ambas. Bajo la custodia de Ángela inició su preparación escolar, realizando estudios en las ciudades de Chihuahua y Durango, regresando luego a su tierra natal para laborar en distintos empleos, como secretaria de abogados y maestra en la Escuela Comercial Treviño de Torreón. A pesar de la agitada vida de Hermila, siempre se mantuvo en contacto con sus gentes, muy especialmente con mi abuela Florencia con quien llevaba muy buena relación.
En plena adolescencia se convirtió en seguidora de la doctrina de Francisco I. Madero. En 1909, participó en un mitin realizado en Torreón en contra de Porfirio Díaz, donde el orador principal fue Francisco Martínez Ortiz, quien pronunció un discurso incendiario. Juan Eugenio Cárdenas Breceda, presidente municipal de pura cepa porfirista, con engaños le pidió el texto, para luego romperlo. Sin embargo, Hermila Galindo logró seguir con atención y anotar la disertación de Martínez en taquigrafía, luego lo reprodujo y difundió causando gran impacto entre la comunidad. Al poco tiempo, durante la visita a la región de la comisión promotora del Club Anti releccionista “Abraham González” encabezada por Benito Juárez Maza, hijo del prócer, al enterarse de los acontecimientos buscó a Hermila y la invitó a participar en el club. Este sería el inicio de una larga y fecunda vida a favor de las grandes causas nacionales, principalmente las vinculadas con las mujeres.
Al trasladarse a la capital del país, y gracias a su activismo político, se convirtió en secretaria de Eduardo Hay, el general que acompañó a Madero en la fundación del Club Anti releccionista y que luego se convertiría en su Jefe de Estado Mayor. Durante este período Hermila se mantuvo leal y activa al lado de estos personajes, pero a consecuencia del asesinato de Madero en 1913, inició una fuerte actividad propagandista para lograr la fundación de numerosos clubes revolucionarios en contra del chacal Victoriano Huerta. Al triunfo de la revolución constitucionalista Hermila Galindo de 28 años de edad, fue la encargada de pronunciar a nombre del “Club Liberal Abraham González”, el discurso de bienvenida a Venustiano Carranza, cuando éste ingresó triunfante a la ciudad de México, como Jefe del Ejército Constitucionalista. Desde ese momento, Carranza la invitaría a colaborar en su gobierno como su secretaria particular, debido a la enorme impresión que le causó la capacidad demostrada por aquella jovencita que sobresalía, en un mundo dominado por los hombres.
Hermila supo aprovechar su influencia en ese gobierno para empezar a dar forma a su pensamiento liberal a favor de la emancipación de la mujer mexicana. Se dedicó a dictar conferencias sobre ese tema en las principales ciudades de la república, convocando particularmente a las profesoras para que se integraran a organizaciones feministas para movilizar a las mujeres con el fin de convertirlas en elementos útiles a su patria, a sus comunidades y a sí mismas. Para reforzar el trabajo de proselitismo, fundó la revista “La Mujer Moderna”, cuya línea esencial era la defensa del constitucionalismo y de la mujer. El primer número se publicó el 16 de septiembre de 1915, con textos completos de feministas sobresalientes de América y el mundo. El último número registrado, fue de septiembre de 1919.
Hermila Galindo, provocó un cisma en el pensamiento conservador y reaccionario de la época, cuando el 13 de enero de 1916, durante la inauguración del Primer Congreso Feminista realizado en Mérida, Yucatán, al no poder acudir, envió una ponencia llamada “La mujer en el porvenir” que fue leída por César González, y al terminar la exposición, el auditorio sufrió una conmoción al escuchar las propuestas que jamás imaginaron, o que nunca se habían discutido en foro alguno. Hermila sostenía en ese discurso que la mujer, al igual que el hombre, tenía las mismas necesidades e instintos sexuales tan fuertes como los hombres y que necesitaban la educación adecuada para conocer y controlar sus cuerpos. También defendía el divorcio y criticaba al clero como ofensor de la conciencia. A partir de ese discurso, se marcó una separación definitiva entre las dos diferentes corrientes de pensamientos en México: conservadores y liberales.
Hermila Galindo, siendo consecuente con la defensa de los principios esenciales de libertad para las mujeres, llevó hasta el Congreso Constituyente de 1917 la petición formal para que se otorgara el derecho al voto de las mujeres. El conservadurismo en este tema se impuso y finalmente, en el texto constitucional del Artículo 34, quedó definido que los ciudadanos mexicanos, solo serían los de 18 años casados, los solteros de 21 y que además tuvieran un modo honesto de vivir. De la mujer, nada quedó inserto en el texto y el espíritu de la Ley. La lucha por lograr el reconocimiento de los derechos esenciales de la mujer, iba a ser larga y adoptó formas más radicales y refinadas. Hermila nunca estuvo sola en sus actividades, ni era improvisada en sus planteamientos. Por el contrario, sus tesis estuvieron soportadas en las mejores investigaciones científicas del momento y de los países más avanzados.
También se convirtió en vocera, embajadora y activista mundial a favor del feminismo. Entre sus amistades se encontraban las mejores mentes del pensamiento universal de América y Europa, en esa época, como: Eloísa de Pinzón Zaldúa; Rosika Schwimmer; Komako Kimura; Dra. Fraulein Gertrud Baumer; Lady Rose Innes y la Dra. Paulina Luisi, entre muchísimas otras. Finalmente, una de las vertientes de la lucha de Hermila Galindo tuvo su recompensa, al conquistarse el voto universal de la mujer el 17 de octubre de 1953, justamente un año antes de su fallecimiento ocurrido en agosto de 1954.
Al comienzo de la década de los 50´s, tuvimos la oportunidad de saludar a la tía Hermila, en su visita a nuestra casa paterna ubicada entonces por la calle Escobedo 104 oriente en Gómez Palacio. Llegó sola y su imagen con el pelo suelto y largo, ya era muy diferente a la que conocemos en fotografías. En esa ocasión fue atendida por mi madre Juanita López de Ramírez y mi hermana Consuelo quien en su estancia en México en casa de otra tía María Ramírez Galindo, acompañada por mi abuela Florencia Galindo, que vivía junto con María en la capital, con cierta frecuencia visitaban a Hermila o viceversa, porque siempre tenía deseos de conversar sobre su terruño. Los pequeños la conocíamos por primera vez y fue la última que tuvimos contacto físico con ella, después solamente por medio de cartas que le enviaban a mi madre las familiares señaladas, nos enterábamos de algunas novedades al igual que del deceso de la tía.
Es un alto orgullo para nosotros haber contado con una persona tan destacada en la familia, y analizando con una visión panorámica los acontecimientos, sin lugar a dudas su actuación permanente fue de gran valía en favor de las mujeres mexicanas, maestra y periodista, luchadora social y pionera del feminismo en México, dejó una trayectoria valerosa y comprometida que influyó notablemente en los cambios que se viven actualmente en la sociedad nacional y que permiten a la mujer ocupar el puesto de relevancia que se le había negado en el pasado, particularmente en el terreno político. Actualmente las féminas destacan, por las posiciones de privilegio obtenidas por medio de sus capacidades y conocimientos y han venido a transformar en forma total y definitiva la vida actual, desde sus posiciones tradicionales en el hogar hasta en su participación en la vida pública, sin embargo, esto es una batalla permanente para que la sociedad acepte que hombres y mujeres deben compartir sus espacios, con las mismas responsabilidades y derechos.
