De la greña
Hablar de política y de religión es un problema, terminamos en pleito porque no llegamos a un acuerdo y lo malo es que poco a poco vamos perdiendo nuestras viejas amistades y hasta los lazos familiares y el parentesco. No alcanzo a comprender como la gente idealiza las promesas políticas sin razonar su verdadero contenido y la posibilidad de cumplirlas en satisfacción de nuestros deseos y la solución de nuestros múltiples problemas. Con tristeza veo gente que se enardece, vocifera, discute y ofende cuando alguien trata de cuestionar lo absurdo de cualquier discurso político en busca de una lógica que vaya de acuerdo a la solución de nuestras necesidades más importantes.
Y a nosotros los mexicanos de medio pelo y hasta los más fregados, ¿Qué nos importa si cancelan o no la construcción de nuevo aeropuerto de la CDMX? ¿En que nos beneficia o en que nos perjudica? ¿Por qué mejor no exigimos la solución a los graves problemas locales de competencia federal que los candidatos presidenciables olvidan en su plataforma de campaña o en su proyecto de nación? El gobierno elude cualquier razón válida por la que el Infonavit nos ofrece créditos impagables que no están al alcance de nuestra economía y que son causa de la separación de jóvenes matrimonios que con ilusión de contar con un patrimonio sacrifican su bienestar y cuando ya no pueden, abandonan la propiedad dejándola a la deriva. ¿Para que aplaudir tanta tontería de promesas inalcanzables, cuando los hospitales del sector salud no se dan abasto para proporcionarnos un servicio médico decoroso y de calidad al nivel de nuestros problemas de salud y en respeto a nuestros derechos humanos? ¿Quién será capaz dentro del IMSS de poner orden para conceder citas para laboratorios o para especialistas en un plazo ético y razonable en lugar de las que ahora nos programan para dentro de cuatro o más semanas? La realidad es que el personal de base ofrece al derechohabiente un pésimo servicio; hacen falta hospitales y de especialidad, personal médico y especialistas, equipo, medicinas y materiales de curación que bien pudieran ser dotados suficientemente con todo el dinero que ahora prometen regalar los candidatos de manera incondicional.
¿Cancelar las Reformas Constitucionales importará tanto como para mejor exigir a cualquier presidenciable sus planes para resolver nuestro problema del agua?; en cuanto a la recuperación de los mantos freáticos, los derechos del agua rodada, el cuidado de las reservas naturales, la aplicación de la Ley para su uso y extracción, la contaminación con arsénico y con metales pesados, etc. Además de exigir la solución a nuestros problemas de movilidad metropolitana con un sistema de Metrobus sin terminar y aún sin definir su puesta en marcha y operación, las obras inconclusas de los puentes sobre el lecho seco del Nazas y la regularizacón de tanto vehículo ilegal. A todo lo anterior le podríamos sumar puntualmente la falta de oportunidades de empleo, el incremento en los precios de la canasta básica, el gas doméstico que ya es inalcanzable y los altos índices de inseguridad y de violencia.
Nos falta ser objetivos y saber lo que necesitamos como recurso para alcanzar nuestro desarrollo y poner sobre la mesa un conflicto de intereses entre el cuidado del medio ambiente y la conservación de nuestras fuentes de trabajo que requieren una pronta y definitiva solución sin politizar. Ya tenemos con la violencia y la inseguridad que genera el crimen organizado como para agarrarnos de la greña entre nosotros. Disfrutemos nuestra libertad y hagámosla valer con nuestro voto.
Juan Antonio Aguilar Tello
Torreón, Coah.
