En su día libre antes de viajar al mundial, varios seleccionados nacionales organizaron una fiesta en la Ciudad de México. La casa la rentaron en línea, las amigas las pidieron en línea y la comida y la bebida también, es decir, desde que contrataron todo lo anterior, los nombres inconfundibles de varios de ellos empezaron a estar en manos de quienes en lugar de ver a un simple cliente, vieron un área de oportunidad para vender información a la indolente prensa de espectáculos que tenemos en nuestro país, en la Ciudad de México toda persona con celular se convierte en un reportero potencial de TV Notas, todo habitante de la capital lo sabe y se dice que el pago mínimo por una buena nota de escándalo se paga mínimamente con cien mil pesos. Una tontería monumental en todos los sentidos de parte de estos futbolistas.
Me sentiría falso y moralino criticando a alguien que se enfiesta, tampoco soy quien para pedirle a alguien que no conozco que cuide su matrimonio, simplemente me preocupa ver lo poco que a estos muchachos les importa lo que está por venir, cuando vi esas fotos me sentí ridículo contando los días para el mundial y el primer juego de México. Ayer platicaba con un amigo que va a ir a Rusia y se sentía decepcionado por estar ahorrando dos años para ir tan lejos a ver al Tri, le comenté que yo fui al Mundial del 2002 y el viaje supera la experiencia futbolística, que aparte de los partidos conozca las ciudades a dónde va, viaje en transporte público, camine hasta donde el cuerpo le dé y regrese sin un centavo, conocer Rusia debe ser bajo cualquier circunstancia una experiencia maravillosa, medio lo convencí pero su ánimo seguía bajón.
En las escasas entrevistas que dan nuestras estrellas futbolísticas veo un común denominador: todos están enojados con la gente, nos meten a todos a un mismo frasco, traen una realidad que a mí me parece sesgada, si bien en las redes sociales hay desalmados que se pasan de la raya con personajes muy puntuales como Chicharito, Memo Ochoa y los hermanos Dos Santos, también hay gente que apoya y debe ser la mayoría. Ellos y su técnico traen una afrenta contra todos, van enojados, van a demostrar que pueden llegar lejos y eso sería lo único rescatable de su actitud.
DESCUENTO: La fiesta fue una afrenta contra la gente, contra los medios, contra todos. Fue un "nos vale m... lo que piensen".
Están muy equivocados estos muchachos, se creen más de lo que son y quizá sea culpa nuestra. En otras selecciones no pasa.
Twitter: @manyecastil
