Adriana Jiménez finalizó la competencia con 302.20 puntos para tomar el liderato de la clasificación. (Especial)
La deportista mexicana Adriana Jiménez comenzó de la mejor manera la temporada 2018 de la Serie Mundial de Clavados de Altura, al conquistar ayer la medalla de oro en la prueba femenil.
En la primera parada de la temporada en Hell's Gate, Texas, Jiménez finalizó con 302.20 unidades para colgarse el metal dorado
Jiménez, de 33 años y quien el año pasado ganó el oro en Abu Dhabi y el Premio Nacional de Deportes 2017, sumó sus primeras 200 unidades del año para ubicarse en la cima de la clasificación general, luego de la primera competencia.
La segunda plaza fue para la británica Jessica Macaulay, quien se quedó muy cerca de la mexicana con 302.10, a solo 10 décimas, mientras el tercer peldaño fue para la alemana Anna Bader, con 301.80 puntos.
Otra mexicana en competencia, Irlanda Valdez, se ubicó en la última plaza, la décima, con puntuación de 183.85.
En la rama varonil Sergio Guzmán fue el mejor mexicano de la competencia al terminar en la quinta posición con 383 unidades, mientras Jonathan Paredes de ubicó en la décima plaza con 356.05.
El título fue para el polaco Kris Kolanus (424.85 unidades), por delante del checo Michal Navratil (394.90) y el británico Blake Aldridge (389.25).
La segunda fecha del serial se realizará el próximo 30 de junio en Bilbao, España, donde la mexicana buscará un nuevo triunfo y sus compatriotas "sacarse la espina" tras lo ocurrido ayer.
SUS INICIOS
Jiménez comentó en entrevista que desde los ocho años inició como clavadista, pero los 19 una decepción la llevó alejarse de las albercas.
"Era plataformista, fui a la Copa del Mundo que era preolímpico selectivo para Juegos Olímpicos, clasifiqué y gané el lugar para mi país, gané la plaza olímpica (Atenas 2004), pero no para mí. Tras esa decepción fue que me retiré", afirmó.
Después de 10 años, el destino regresó al agua a la capitalina, gracias a un show de clavados de altura en Bélgica en un parque de diversiones.
"Sólo me tiraba de 10 metros y de tres metros, conforme fue pasando el tiempo aprendí un poquito más, de 12 metros, 14 metros, hasta que llegué a los 20 metros, simplemente por gusto", apuntó.
Adriana descubrió su talento en esta modalidad, pero tuvo que enfrentarse a algunas modificaciones como la entrada al agua, el tiempo de vuelo cambia por la distancia y los escenarios de competencia, debido a que en trampolín y plataforma caen de cabeza, pero en los de altura es de pie.
"Las locaciones naturales son extremadamente grandes e imponentes, adaptarte a todo es muy difícil; pero ya es mi quinto año, ya siento más confianza y ya lo estoy disfrutando más, entonces eso hace que se me facilite un poco", indicó.
