Un fraude en puerta
Un agorero, un clarividente ha resultado Manuel López Obrador, a partir del día en que dijo aquella su ya famosa frase: “Al diablo con sus instituciones”, con la que sus detractores se rasgaron las vestiduras, y la que luego cambiaron el adjetivo “sus” por el artículo “las”, para difundir la idea que AMLO despreciaba el estado de derecho.
En ese mismo año (2006) predijo, en el programa de Brozo, que el gobierno buscaba la privatización del petróleo, cosa que Peña Nieto, continuando con la doctrina del neoliberalismo, igual que lo hizo Ernesto Zedillo, Fox y Calderón, instruidos por Salinas de Gortari, está materializando con la Reforma Energética, que no es otra cosa que concesionar la explotación de hidrocarburos, olvidándose de avanzar en la industria petroquímica, el mantenimiento y/o construcción de refinerías en lugar de importar gasolinas a precios del mercado internacional, al que adicionaron el Impuesto Especial sobre productos y Servicios (IEPS), además del IVA, lo que hace de la gasolina en México un producto caro, comparándolo con el que ofrece Pemex en Houston, Texas: a 2.45 el galón, lo que significa que al poner aquí 22.7125 litros cantidad equivalente a 6 galones, allá se paga 14.7 dólares ($264.60 pesos mexicanos, tomando el dólar al tipo de cambio de 18 pesos); mientras que aquí, por esa misma cantidad de gasolina, pagamos $408.82 ¡Ciento cuarenta y cuatro pesos más! En resumen: Pemex vende la gasolina un 64% más barato en el extranjero que aquí en México.
Bueno, pero vayamos al título del esta reflexión. Pemex no es una institución, sino una empresa, mientras que la SHCP, que en administraciones panista y priista dirigió José Antonio Meade, igual que el INE, (antes IFE) el TEPJF, máxima autoridad en materia electoral, la PGR, hasta ahora máxima autoridad en materia de justicia; la Sedesol, que Rosario Berlanga le dejó a Meade, y que estuvo implicada en la Estafa Maestra; la SCT, implicada en el gran socavón del Paso Exprés, mientras que Ruiz Esparza, sigue despachando impunemente. Mención especial a Luis Videgaray, antecesor de Meade en Hacienda, como el principal responsable en la recaudación de impuestos, el aumento de las gasolinas y promotor de la Reforma Fiscal; y la Sedena, la Secretaría de Energía, la SEP, con su trasnochada reforma educativa, la Secretaría de Salud que tiene al país sin medicamentos. Estas son sólo algunas de las muchas instituciones de gobierno.
A su juicio, estimado lector ¿Cómo están las instituciones de este gobierno? La fortaleza del estado de derecho está en función de las fortalezas que muestren las instituciones; y es a través del funcionamiento de éstas, que el gobierno puede ser percibido como bueno, malo, regular, fuerte, débil, honesto, deshonesto, negligente o diligente, eficaz o ineficaz, apto o inepto, refiriéndonos como gobierno a todo funcionario que ocupa un cargo público por elección o por designación de autoridades superiores.
Lo preocupante hoy en día, independientemente de cómo califiquemos al gobierno que está por terminar su período, es que hay funcionarios en las instituciones que no están ahí por elección, o que habiendo sido electos, no serán removidos de su cargo actual, tal es el caso de los magistrados del TEPJF y del INE, dos instituciones cuyo papel será determinante en los resultados de las próximas elecciones federales; pues, si bien es cierto el INE dice informará a las 23 horas del 1 de Julio los resultados según el PREP, lo cierto es que la duda ha sido sembrada y empieza a crecer con rapidez en las redes sociales, junto a un rumor de un probable fraude llamado “Operación Pirámide”, similar al utilizado en las recientes elecciones para gobernador en el Estado de México, del que informó el Dr. Jaime Cárdenas, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, durante el Foro de Ciudadanía Política en la UA de C. ¿O usted qué cree?
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
