“Pero bueno...”
“Tanto peca el que mata a la vaca como el que le detiene la pata”, versa un dicho popular con gran trasfondo, aseveración que aplica con precisión a la relación entre gobernantes y los sufridos , sobajados y en no pocos casos de masoquistas gobernados en nuestro caótico país.
En todas las dependencias, oficinas, entidades, organismos de los tres niveles de gobierno en nuestro país se escuchan amargas quejas, inconformidades, enconos, insultos dirigidos a las instituciones por la lentitud, frialdad, corrupción, actitud de los empleados y funcionarios públicos y jerarcas, así como en muchos casos por el aspecto físico y deterioro de sus instalaciones.
Dichas criticas finalmente emiten con alto grado de aceptación, derrotismo y resignación que en su mayoría convergen en la expresión “pero bueno...”, que en mi opinión, es un equivalente a “detenerle la pata al que mata a la vaca”.
Francisco Benavides Beyer
Cuernavaca, Mor.
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Los libros
Recuerdo haber dado clases de nociones de Economía en la Universidad de Coahuila, como esta materia era considerada como suplementaria, me concrete a impartir nociones básicas de temas e instrumentos económicos, temas como ¿qué es un pagaré?, una letra de cambio, las acciones de una compañía, las obligaciones y sus usos y diferencias, los hacia escribir apuntes sencillos que les dictaba y les daba una explicación adicional; pero también recuerdo, insistirles que la Universidad no era el salón de clases, ni los edificios, que la verdadera Universidad, estaba en los libros.
Sigo opinando, mas ahora que los libros se ven como cosas un poco anticuadas, el fomentar la lectura y el habito de leer entre los jóvenes; recuerdo de muy joven leer libros de Salgari, de fácil lectura y entretenidos, “Corazón, diario de un niño” de un autor italiano. Estos fueron mis primeros libros y luego recuerdo ya en la prepa “El diosero” libro de breves cuentos mexicanos.
Con el andar del tiempo he leído. La obras completas de Agatha Christie, de Sherlock Holmes; de la literatura española a Unamuno, Azorín, Calderón, novelas ejemplares de Cervantes, de Calderón de la Barca, los poetas Antonio y Manuel Machado, a García Lorca, la novela “Peñas arriba” de Don Vicente Pereda, los “episodios nacionales” de Don Benito Pérez Galdós, del humorista gallego Wenceslao Fernández Flores, de Jardiel Poncella, en fin una larga lista de lecturas.
Por mucho que se lea y por desgracia ante una crisis de buenas lecturas, las buenas prácticamente son interminables, y con el beneficio de que después de un tiempo, el releer obras de buenos autores, siempre se encuentran nuevos significados o se recuerdan cosas que habíamos olvidado. Es importante, inculcar el habito de la lectura que hará personas más cultas y preparadas para enfrentar lo que el destino les depare, recomiendo empezar con lecturas fáciles y entretenidas para evitar un rechazo a ésta.
Raymundo Portilla
Torreon, Coah.
