Un obispo chileno pidió perdón por no investigar con celeridad un presunto abuso sexual en su diócesis, una de las acusaciones del papa Francisco contra la desprestigiada iglesia de Chile por la que toda su jerarquía dimitió el viernes.
"Quiero pedir perdón por mi actuar en este caso", dijo el obispo Alejandro Goic el sábado en respuesta a las denuncias contenidas en un reportaje del canal local T13 que mostró las conductas delictivas del sacerdote Luis Rubio (que admitió sus delitos en la misma nota).
Rubio reconoció haber enviado imágenes de él desnudo y audios de contenido sexual a un menor a través de Facebook, a un perfil falso creado precisamente para probar sus delitos. Goic, obispo de Rancagua, 90 kilómetros al sur de Santiago, es además presidente del Consejo Nacional de Prevención de los Abusos dentro de la Iglesia.
Elisa Fernández, que trabajó en la Pastoral Juvenil de la pequeña comunidad de Paredones, afirmó en el reportaje televisivo que informó repetidamente a Goic sobre los abusos, pero el obispo siempre le exigió pruebas.
Fernández agregó que Rubio pertenece a una red de sacerdotes que realizarían prácticas abusivas.
"Lo reconozco, que le di acogida a esta joven que aparece en el reportaje y que actué eventualmente sin la agilidad adecuada en el proceso indagatorio del sacerdote Luis Rubio y otros presbíteros mencionados por ella", indicó Goic ayer en una escueta declaración a la prensa.