Cuidado, que quizá nos gobierne…
...el peje. El pejelagarto, es un pez de los ríos de Tabasco de donde es originario Don Andrés Manuel López Obrador. Él fue, en la década de los 80’s, destacadísimo y agresivo dirigente del PRI. Como Cuauhtémoc Cárdenas, su partido de toda su vida, el PRI no lo propuso como candidato a gobernador de su natal Tabasco. Se desprendió, igual que Cuauhtémoc, igual que Porfirio Muñoz Ledo, igual que otros, del partido con el que compartió secretos, ilegalidades, fraudes. Traiciones, etc.
Se propuso como candidato independiente (postulado por otro partido, así se estilaba entonces). Como no ‘ganó’, tomó por la violencia pozos petroleros; convenció a casi toda la población de Tabasco a que no pagaran los recibos de luz (desde entonces adulaba a los ‘pobres’); cuando la CFE procedía a cortar el servicio a los que no pagaban, AMLO organizó brigadas de trabajadores que sabiendo de electricidad, violando la ley, conectaban ilegalmente a los morosos.
De ahí, se apoderó (para ello tiene gran habilidad) del PRD, e ilegalmente, se postuló como jefe de gobierno del Distrito Federal. No le importaron la Ley Electoral y la Constitución, pues, siendo originario de Tabasco, no del DF, estaba impedido para ser candidato. Lamentablemente, el entonces presidente Zedillo, dio órdenes a Gobernación para que se aprobara su candidatura. De esta manera, llegó a apoderarse y a controlar los recursos económicos del Distrito Federal. Con los millones que se manejan en la capital, creció su figura y pudo colocar gobernadores perredistas en algunos estados, que le fueron fieles.
Todos hablan de que Fox quiso impedirle ser candidato a la presidencia armando ficticiamente el desafuero. No fue así. El que esto escribe, conoce al detalle la historia. Entonces, y ahora, estoy convencido de que AMLO cometió un delito federal. Tuve la oportunidad de ver y valorar todas la pruebas. Eran abrumadoras. Los diputados priistas entretuvieron por meses el caso, e hicieron crecer, así, la figura de AMLO. Quien vea el expediente, podrá comprobar que el Señor Peje, mostró desprecio y soberbia frente a las órdenes que en una suspensión en Amparo, dictaron jueces federales. La Cámara de Diputados, con abundancia de pruebas, lo privó de su inmunidad procesal, llamada fuero.
Se consignó al juez y éste, indigno y temeroso, con pretextos, devolvió el expediente. El gobierno pudo haber continuado. El procurados, el ministerio público (y el presidente), se rajaron y se creó el Frankenstein de ahora.
Después de 18 años (viviendo bien él y su familia) recorriendo el país (¿sabe usted lector lo qué cuesta eso?) pide a los mexicanos (ahora sí, ricos y pobres) que voten por él. Le acompañan como candidatos los que él llamó bribones y ratas, cuando pertenecían al PRD, al PRI y al PAN, pero con su bendición y perdón, se han purificado. La realidad, en La Laguna lo vemos, los candidatos de Morena a presidentes municipales, regidores, diputados y senadores, no son más que petistas, perredistas, panistas, priistas, tránsfugas que por ambición, ahora apoyan lo que antes denostaron. Ruego a los pocos que me lean, que voten con alma y cerebro, no con el estómago, por quien quieran.
Otro tema: hoy vi, otra vez, en la Plaza de Lerdo, la suburban blanca, que de hermosa, gusta a todos. ¿Quién es el dueño o dueña?
Mtro. Juan de Dios Castro
Lerdo, Dgo.
