Es una enfermedad conocida como el asesino silencioso, pues aunque es fácil de diagnosticar, los síntomas se presentan cuando está avanzada. (ARCHIVO)
La hipertensión arterial es una enfermedad conocida como el asesino silencioso, pues aunque es fácil de diagnosticar, los síntomas se presentan cuando está avanzada, además de que solamente 13 por ciento de quienes ya han sido diagnosticados tienen un buen control.
El 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión, cuyo fin es llamar a gobiernos, profesionales de la salud y sociedad a prestar más atención en el control de la presión arterial.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo 40 por ciento de las personas que tienen presión arterial alta no lo saben y del 57 por ciento que tienen ya un diagnóstico, 40 por ciento recibe tratamiento, pero únicamente 13 por ciento logra un buen control de la enfermedad.
Se estima que las complicaciones de la hipertensión ocasionan 9.4 millones de muertes al año, siendo la causa de, por lo menos, 45 por ciento de las muertes por cardiopatías y 51 por ciento de las defunciones por accidente cerebrovascular.
Este padecimiento es un factor de riesgo para desarrollar cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, mortalidad y discapacidad prematura.
Es considerada un problema de salud pública mundial, y se requiere de hacer consciencia en la población, sobre todo en los países de ingresos bajos, para que acudan a los centros de salud a medirse la presión arterial.
En México, según la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) 2016, la prevalencia de hipertensión arterial en el país es de 25.5 por ciento.
En Estados Unidos, las compañías de investigación biofarmacéutica desarrollan actualmente 200 medicamentos contra este tipo de enfermedades, entre ellas 14 específicamente orientadas al tratamiento de la hipertensión.
