Oportunidad futura

Postergar la maternidad se ha vuelto una práctica cada vez más común entre las mujeres de entre 23 a 30 años de edad, esto debido a que prefieren su desarrollo personal y profesional. Por esta razón, la congelación de óvulos se ha vuelto una alternativa que va en aumento en México y el mundo. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre este procedimiento.

Los motivos

Las dos causas principales por las que las mujeres desean proceder a congelar sus óvulos son, según fuentes del Instituto Marqués, son las siguientes:

• Para preservar la fertilidad

La congelación es habitual en mujeres jóvenes sin pareja que desean asegurar su futura maternidad, ya sea asumiéndola en solitario o bien con esa persona adecuada que quizás todavía no han encontrado pero esperan encontrar algún día. También en mujeres jóvenes con pareja que desean retrasar la llegada de un hijo por razones personales o profesionales.

• Antes de seguir un tratamiento oncológico

La quimioterapia y radioterapia producen daños irreversibles en los óvulos, por eso la congelación parece es una opción atractiva para las mujeres con estas enfermedad que quieren tener descendencia una vez superado su mal.

¿Qué mujeres pueden hacerlo?

El requisito más importante que tiene que cumplir la mujer para someterse a este tratamiento es que sea fértil. Erróneamente pensamos que si una mujer tiene la regla es apta para procrear y no es así. “La paciente tiene que someterse a una serie de pruebas hormonales —a través de una analítica de sangre—, a ecografías y citologías para comprobar que es fértil, observar su reserva ovárica y descartar cualquier posible problema” explicó Ana Gaitero, jefa de la unidad de reproducción asistida del Hospital Sanitas.

¿En qué consiste el tratamiento?

El procedimiento requiere que la mujer se someta a un proceso de estimulación ovárica para generar más óvulos maduros de los que se producen en ciclos normales, lo que implica aproximadamente dos semanas de hormonas inyectadas.

Luego se somete a una punción ovárica vía vaginal para extraer los óvulos de los ovarios. Una vez fuera del cuerpo, los óvulos se preparan con una solución protectora para ser congelados. Después se introducen en unos tubitos y se sumergen en tanques de nitrógeno líquido donde estarán a -196˚C. Allí permanecen hasta que sean requeridos para fines reproductivos.

Cuando la mujer lo desee se descongelan y se someten al proceso de fecundación in vitro (FIV) o inyección de espermas (ICSI) con la esperanza de que se fecunden, se implanten, se desarrolle el embarazo y todo termine en un bebé sano.

¿Cuál es el índice de éxito?

La diferencia la marca la calidad del óvulo. Las mujeres que congelan sus óvulos con 20 años se embarazan muy fácilmente. “Existe un 40-50% de éxito entre las mujeres menores de 35 años”, explica Ana Gaitero.

No hay que olvidar que, tras la congelación, y la posterior colocación del óvulo en el cuerpo de la mujer, también inciden otros condicionantes como es la calidad del semen del hombre.

¿Cuántos hijos pueden tenerse de esta manera?

Ana Gaitero matiza que el número de hijos depende del número de óvulos congelados. “Cada óvulo no es un embarazo, algunos son fecundados, otros sí pero no llegan a término y otros sí lo consiguen”.