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La vida de la mujer clínicamente se puede dividir en varias etapas, una de ellas y probablemente la más temida es la menopausia. La manifestación más marcada del fin de la edad reproductiva es el climaterio, un síndrome que aparece antes y después de la menopausia.

Actualmente, son más de ocho millones de mexicanas las que se encuentran en la etapa del climaterio y sufren de síntomas como bochornos y depresión.

Para contrarrestarlos, es necesario reemplazar las hormonas que ya no está produciendo el organismo, precisamente con una terapia de reemplazo hormonal. En ella, se prescriben varios tipos de hormonas, como estrógenos y progesterona.

No obstante, a pesar de los beneficios que tiene, por un tiempo ha sido cuestionada debido a la evidencia científica que demostró un incremento del 26 por ciento a padecer cáncer de mama.

Ante tal descubrimiento, se han intentado encontrar alternativas que disminuyan cada vez más los riesgos y coadyuven a minimizar la sintomatología.

¿Más seguras?

Una alternativa para tratar los síntomas del climaterio y la menopausia son las hormonas bio-idénticas que se aplican a través de pequeños implantes denominados pellets.

Aunque en Estados Unidos este tratamiento tiene varios años, en México es relativamente nuevo y cada vez se va popularizando más entre la comunidad médica.

Las hormonas bio-idénticas están hechas a base de un precursor esterol que es extraído del ñameo camote silvestre y de la soya. Las hormonas bio-idénticas prometen una serie de ventajas y bondades que no tienen las hormonas sintéticas; el nombre lo recibe debido a la similitud con las hormonas que produce el cuerpo humano.

“El efecto de los pellets a nivel sanguíneo es que tienen una estructura y un peso molecular igual a las hormonas que produce la mujer, por lo tanto la liberación se va dando constantemente y esto contribuye a armonizar los niveles hormonales, según los estudios en comparación con la terapia de reemplazo convencional, los pellets han demostrado ser eficaces en el alivio de los síntomas de la menopausia, el mantenimiento de la densidad ósea, la restauración de las normas del sueño, mejor desempeño sexual, libido, la respuesta sexual y el rendimiento. ”, explicó el doctor Arturo Torre Nazer, ginecobstétra.

Los pellets contienen: estradiol, testosterona, progesterona y otra hormona que se llama DHEA, y anastrazol cuya disminución se intensifica una vez que comienza el climetario.

Esto provoca a la mujer: bochornos, sofoco, insomnio, cambios de humor, cansancio, caída del pelo, sequedad en la piel y en la vagina, pérdida de la libido o deseo sexual.

“En esta etapa de la vida de la mujer, nos damos cuenta que al momento de decaer los estrógenos y al no haber estrógeno en receptores celulares, comienza la sintomatología. Estos pellets van a regularizar los niveles hormonales haciendo que la paciente se sienta mucho mejor”, afirma el especialista Arturo Torre Nazer.

¿Cómo se utiliza?

El especialista explica que para su implantación lo primero que se debe hacer es un perfil ginecológico completo con el cual se valoran los niveles hormonales actuales. Dependiendo de los resultados, se le indica la cantidad de pellets que requiere -los cuales miden 3 milímetros de diámetro por un centímetro de largo- ya que las necesidades de cada mujer son diferentes y el tratamiento necesariamente debe ser personalizado.

El medicamento no es solo para mujeres en la menopausia o en hombres en la andropausia, si no que también lo pueden usar ambos sexos a edades mas tempranas si sufren de desequilibrio hormonal algo que se puede comenzar a notar tan temprano como a los 40 años.

Asimismo, es más duradero que la terapia hormonal convencional; una sola aplicación dura seis meses en la que disminuye la producción de la testosterona y los niveles de estrógenos en la mujer.

El procedimiento es ambulatorio. La paciente llega al consultorio con los resultados del perfil ginecológico y con esto se determina la cantidad de pellets a aplicar. Posteriormente se pone la anestesia local en la parte lateral de la cintura y se hace una incisión de un centímetro a través de la cual se mete un trocal (tubo) en el tejido dérmico que sirve de conducto para introducir los pellets. Al terminar se coloca un parche y en ese momento la paciente se puede retirar.