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La Columna de Rosell

RAFAEL ROSELL

Es realmente loable lo que están haciendo los peloteros, coaches y manager de los Algodoneros del Unión Laguna esta primera temporada del 2018.

Se han convertido en los patitos feos o en la muñeca fea de Cri Cri, sus dueños no los quieren, es más los consideran ya un estorbo, una calamidad que hay que soportar mientras algún osado grupo de empresarios se anime a pagar los cinco millones de dólares que piden los hermanos Arellano Hernández por la franquicia.

Se supo que hombres de negocios laguneros le quisieron entrar, pero al enterarse del precio innegociable se espantaron y dijeron "Hay muere". Al menos los hermanos Arellano Hernández son francos y no se andan por las ramas, "no podemos con dos equipos, creíamos que sí y nos equivocamos" "nuestro interés en el beisbol de verano es Leones de Yucatán" Y vaya que lo han demostrado, al grado de convertir al equipo lagunero en una "farm" de los Leones, cada vez que necesitan cubrir un hueco por bajo rendimiento o lesión en el equipo de la península, recurren a su "granja" en Torreón. Que se necesita un cuarto bat, tráete a Ricky Álvarez o ahora a Art Charles, "chin , nos hace falta un buen short" "no te preocupes échale un telefonazo a Chipper y que te mande, pero ya a Everth Cabrera" "oye, pero si apenas están funcionando en Algodoneros" "¿A quién le importa?, aquí la prioridad es Yucatán"

A Ramón Orantes, manager del equipo lagunero le queda claro, tiene que seguir jugando bajo estas condiciones, con lo que haya o con lo que le dejen. La situación actual de los Algodoneros me recuerda de cierta manera la gran película "Major League" estelarizada por Tom Berenger y Charlie Sheen. La historia es la siguiente, al quedar viuda una mujer amargada por vivir en Cleveland, "una ciudad espantosa" según la dama en cuestión, recibe como herencia, entre otras cosas, a Los Indios de Cleveland, franquicia legendaria en las Grandes Ligas (como Unión Laguna en nuestro país), pero a ella le importa un pito y decide que tiene que mudarse a la Florida, al Sol, mar y arena y no seguir viviendo en la mugrosa Cleveland (según ella), pero la oficina de Grandes Ligas le informa que el asunto no es tan fácil , tienen que existir justificantes para mudar el equipo, como bajas entradas a los partidos. Entonces ella ni tarda ni perezosa se dedica a desmantelar el equipo y contratar "pura pedacería", peloteros en el ocaso de su carrera o desconocidos que se la han pasado vegetando en las menores.

La intención es tan clara como insultante para los beisbolistas, "hagan el ridículo, la gente se ausenta y yo justifico la mudanza", pero resulta que a esta arpía le sale todo al revés, los peloteros deciden jugar con dignidad y amor propio, salen al diamante a demostrarle a su dueña que merecen ser peloteros de Grandes Ligas y como tales salen a jugársela en cada partido. Para agregar un incentivo más, colocan en el dogout un display con la figura de la ruca vestida con un rompecabezas y cada vez que ganan un juego quitan una pieza hasta desnudarla para gozo de todo el equipo.

La película tiene una final moderadamente feliz, llegan a los playoffs, eliminan a los méndigos Yanquis y terminan perdiendo la Serie de Campeonato y los más importante se quedan en Cleveland donde continuarán jugando y siendo felices para siempre.

Desconozco si los Algodoneros habrán colocado dos displays con las figuras de los hermanos Arellano Hernández en el dogout y estarán procediendo a desnudarlos con cada triunfo, pero de que están jugando una pelota digna lo están haciendo. Acaban de ganar una serie en casa del campeón Tijuana que no había perdido una serie como local, el bullpen algodonero se ha visto hermético últimamente. Alejandro Martínez ya registra un 4-0 en ganados y perdidos y junto con los dominicanos Leuris Gómez y Robinson López conforman un trío de abridores decorosos. Sumándole que Maikel Cleto a diferencia de años anteriores al parecer ya encontró la zona de strike, ya registra esta temporada siete rescates en siete oportunidades.

Vale la pena ir a ver a estos orgullosos peloteros dejándose la piel en el diamante sabiéndose ninguneados por sus propios dueños que ni de casualidad hacen una visita a la ciudad a echarle un vistazo a su "granja".

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