"Ahí viene la niñita, al que lo defiende su mamá y su papá".
Desde hace algunos meses, la escuela se volvió un infierno para Angelito, de siete años de edad, quien cursa el segundo grado de primaria.
El acoso escolar o "bullying" que sufrió por parte de seis de sus compañeros de clase, lo orillaron a pensar en el suicidio.
"'Ya estoy harto de esos mocosos, mamita, ya me quiero morir porque nadie me protege de ellos'", eso me lo dijo el niño a la hora de la comida, cuando empezaron las vacaciones de Semana Santa", cuenta Lidia, su madre, quien no pudo contener el llanto.
Angelito le contó a sus padres que un grupo de niños de su misma edad, le escupía en la cara, le decía que "ojalá se muriera, que su lonche era de la basura y que eran desperdicios, también le decía discapacitado y que estaba ciego" por usar anteojos.
Incluso, en la tiendita escolar pedía jugos y golosinas para cubrir los chantajes de sus agresores.
Dos días antes de su posada (en diciembre de 2017), cuando Lidia llegó a la primaria Ricardo Flores Magón de la colonia Las Carolinas de Torreón para pagar la cuota por el festejo, Angelito estaba escondido debajo de la mesa.
"Estaba con la maestra Lourdes cuando llega una niña y me dice que si yo soy la mamá de Angelito, le digo que sí. Me dice que unos niños lo golpearon, lo cargaron, lo aventaron, le quitaron sus lentes, sus tenis y lo patalearon cuando estaban colgando las esferas, y la maestra me dijo: 'Yo no vi nada, déjeme lo investigo', mi niño decía que le dolía una costilla".
Desde entonces, el pequeño de siete años entró en depresión, lloraba y no podía dormir.
Se la pasaba enojado, dejó de jugar con sus dos hermanas de cinco y tres años, comía en su habitación, se sentía angustiado, tenso y con miedo de asistir a clases.
Lidia menciona que el "martirio" para su hijo comenzó a mediados de septiembre del año pasado y que ante la falta de respuesta, acudió a Cáritas de Torreón, en octubre de 2018; ahí, una psicóloga le dio atención al pequeño, diagnosticándolo con: Bullying Escolar.
Finalmente y ante el continuo hostigamiento de sus compañeros de clase y la casi nula atención de parte las autoridades educativas, los padres de Ángel solicitaron su traslado a otra escuela.
La familia denunció la incapacidad de la Secretaría de Educación para atender el caso y aplicar el decreto que establece el Protocolo de actuación para la atención del acoso escolar y que se encuentra asentado en el Periódico Oficial del Estado.
Fue el pasado jueves y gracias a la psicóloga de Angelito, que por fin sus padres pudieron inscribirlo en otro plantel.
El viernes fue su primer día de clases y Angelito salió "con una carita feliz porque no fue agredido por sus compañeros".
UN INFIERNO
Fotos: La i
Tel.- 7166012
7
AñOS
De edad tiene Ángel y cursa el segundo año de primaria. Ya lo cambaron de escuela.
NúMERO
Notificación
Lidia Jiménez acudió a la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la Familia (Pronnif) en la región Laguna para reportar el caso y justificar las faltas del menor a la escuela.
