Columnas Social

Las palabras tienen la palabra

Un historiador admirable

El choque de dos culturas tan disímbolas fue imponente al llegar los conquistadores al Nuevo Mundo.

Uno de los factores más significativos, un hombre que luchó por entender y fusionar las costumbres aborígenes fue Bernardino de Rivera, un personaje que al hacerse monje franciscano adoptó el nombre de Bernardino de Sahagún.

Sahagún llegó a la Nueva España -o sea, México- allá por 1529 con muchos estudios sobre latín e historia y teniendo treinta años de edad. Se cree que fue fundador del Convento de Xochimilco y del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco con el objetivo de instruir académica y religiosamente a los jóvenes nahuas, especialmente a aquéllos que eran hijos de nobles.

En ese colegio, se formaron los discípulos que después colaborarían con el mismo Sahagún en las investigaciones sobre la lengua y la cultura nahuas. Estuvo en varios conventos y anduvo haciendo labor de misionero en diversas regiones de las tierras conquistadas, pero a partir de 1547, se consagró casi totalmente a la realización de sus trabajos históricos y antropológicos.

Sin embargo, su obra le fue confiscada por orden real a causa de que se temía que el descubrir las costumbres ancestrales de los aborígenes pudiera ser un obstáculo para la difusión del cristianismo.

Bernardino vivió hasta más allá de los noventa años y en su larga vida realizó una gran cantidad de obras en latín, en náhuatl y en español. Escribió una Salmodia cristiana y Sermonario de los santos del año, Coloquios y Doctrina Cristiana con que los frailes convirtieron a los indios de la Nueva España, Arte de la Lengua Mexicana, y muchas más, pero su obra máxima, la que le costó treinta años de trabajo arduo, es la Historia General de las cosas de la Nueva España, la cual realizó con base en la tradición oral que le transmitían sus alumnos.

El etnólogo Miguel Acosta Saignes dice que: "Sahagún fue un precursor genial de la etnografía", tomando en cuenta que la etnografía es el estudio de las costumbres y tradiciones de los pueblos. "Con irreprochable método -asegura Acosta Saignes- Sahagún preparó una sinopsis de la obra que se proponía, para recoger, conforme a ella, el material necesario. Deseoso de no faltar a la verdad y para que cada quien pudiese en el futuro juzgar sobre su atingencia, anotó las circunstancias en las cuales recogió informes, los nombres y conocimientos de quienes con él trabajaron y los repasos a los cuales hubo de someter la historia".

Escríbale a Juan Recaredo: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Ana María Salazar pregunta: ¿Cómo se dice varia o varía del verbo variar?

RESPUESTA:

Lo correcto es: varía.

Y me retiro con esta reflexión: Ser justo con los que han sido justos conmigo es completamente natural, pero ser justo con los que han sido injustos conmigo es un signo de superioridad. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

 LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Columna póstuma de Juan Recaredo

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