Manejo. Este tipo de vehículos son autos de desempeño con prestaciones a lo común. (ARCHIVO)
Si uno no es dueño de uno de ellos, pocas son las oportunidades que se tienen de disfrutar un Mercedes-Benz, aún menos si se trata de su gama deportiva AMG. Aun para los que tienen la posibilidad de adquirir uno, puede resultar frustrante que sus autos con más de 300 caballos de fuerza no pasen de 40 km/h en su rutina.
Para recordarnos que AMG se trata de autos de desempeño, con capacidades y prestaciones superiores a lo común, la marca alemana organizó un track day en el Autódromo Miguel E. Abed en Amozoc, Puebla. Allí, un grupo de periodistas tuvimos el privilegio de ver estos bólidos en acción para quitarnos la idea de ser vehículos que sólo lucen bien en pósters y en las cifras presumidas en la ficha técnica.
Sumando los modelos presentes y sus variantes, condujimos entre 12 y 15 vehículos deportivos en una tarde soleada y despejada acompañada de una pista limpia. El día fue segmentado en tres ejercicios diseñados para llevar las capacidades de cada vehículo al límite. Algunos de ellos fueron: Clase A 45, C 43 4MATIC Convertible, C 63 S Coupé, GLC 43 Coupé, GLE 63 Coupé y el GTR.
La primera actividad fue un "slalom" (conos ubicados a muy corta distancia para zigzaguear entre ellos) ubicado en una sección de la recta principal del circuito. El primer cuatro ruedas a probar fue el A45 destinado a que diéramos unas vueltas de práctica antes de usar un auto más potente. Transmisión, dirección y suspensión de este Mercedes, en conjunto, respondieron a la exigencia de los "volantazos" sin que el coche perdiera estabilidad.
Cuando terminaron las rondas de entrenamiento llegó el turno para la versión tope de gama del A45, el Yellow Night Edition, compacto con motor turbo de 381 caballos de fuerza.
Para hacer el slalom más interesante, los organizadores redujeron el espacio entre los conos unos metros totalmente confiados de que su auto daría una gran exhibición.
Gracias a la capacidad mecánica del carro y su tecnología de asistencia, todos pudimos completar el tramo de giros cerrados y una vuelta en U sin siquiera hacer rechinar las llantas, señal inequívoca de que un coche está perdiendo tracción y, por lo tanto, velocidad. Debido al ritmo acelerado del evento sólo pudimos dar dos vueltas con este A45, sin embargo, fue suficiente para anticiparse a que el resto del día iba a estar lleno de emoción.
Apenas cinco minutos después de terminar la primera prueba, llegó el turno para sedanes como el Clase C 45 y su versión convertible; coupés como el GLA; y, de SUVs como el GLA de rodar en el trazado del Miguel E. Abed. El siguiente tramo a recorrer estaba integrado por una parte de la segunda recta del autódromo y un par de giros cortos hasta llegar al inicio de la complicada curva peraltada.
Los primeros que nos tocó conducir fueron los utilitarios. Debido a sus grandes dimensiones, los pilotos expertos que acompañaron el track day nos sugirieron ponerlos en modo de manejo "Comfort", es decir, con todos los niveles de asistencia y control en su máxima capacidad. En esta modalidad las camionetas fueron entretenidas a secas, sin embargo, cuando se nos dio la instrucción de cambiar la modalidad a una más libre, el disfrute de éstas ascendió a niveles similares del A45. Un punto criticable es que sus tiempos de respuesta en el frenado eran algo retardados, pero se da el beneficio de la duda, pues se les dio uso al límite de sus capacidades durante varias horas.
