La ciencia de tus emociones

¿Te has preguntado qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando experimenta emociones? Lo mismo se cuestionaron los científicos de la Universidad de Aalto (Finlandia) y realizaron un estudio, donde se concluyó que cada emoción tiene una respuesta fisiológica en el organismo.

De acuerdo a la investigación, cada emoción responde en una determinada zona del cuerpo. Por ejemplo, cuando se vive una situación de miedo, asco, amor o felicidad, se repiten las mismas respuestas. Hoy te explicaremos lo que dice el estudio, ¡no te lo pierdas!

Miedo: Ante situaciones de temor y de peligro, las respuestas que brinda el cuerpo son aquellos que se preparan para una huida inmediata. Se produce una ausencia de flujo sanguíneo en la parte superior del cuerpo porque la sangre se dirige a las extremidades inferiores (por eso el rostro suele palidecer), el corazón late más fuerte, la respiración se acelera, los músculos se tensan, la digestión se ralentiza, las pupilas se dilatan y la sudoración se dispara.

Felicidad: No lo puedes negar, cuando te encuentras en un contexto de felicidad todo es placer y bienestar. Aquí la musculatura se relaja, aumenta la actividad cerebral que inhibe los pensamientos negativos e inquietantes, facilitando una mejor predisposición a realizar acciones y favoreciendo los vínculos sociales y relaciones interpersonales. En un estado de felicidad, la sensación de autoestima y autoconfianza aumenta.

Amor: El amor, el amor... nunca deja de sorprendernos ¿verdad? Con esta emoción se activa el sistema parasimpático que libera las hormonas que nos lleva a un estado de calma. Al igual que la felicidad, en este estado se favorecen los vínculos sociales.

Ira: En este estado aparecen alteraciones cardiovasculares, con un aumento hormonal y del flujo sanguíneo. La función de estas respuestas es la movilización de energía para las reacciones de autodefensa o ataque. Con esta emoción la energía aumenta y se necesita actuar de manera impulsiva, intensa e inmediata.

Asco: Sí, esta es una de las respuestas fisiológicas más evidentes. En este estado se bloquea el sentido, es decir, la persona aparta la visión, se tapa la nariz o siente arcadas.

Tristeza: Esta emoción provoca una disminución de energía, baja efusividad y predisposición a las relaciones sociales.

Sorpresa: Es uno de los estados más breves y nos prepara para afrontar los cambios o consecuencias asociadas. Aquí la respiración es breve, se dilatan las pupilas y se elevan los párpados.