Columnas Social

Ensayo sobre la cultura

Políticas educativas y culturales

Seguir una política sería establecer una forma de hacer las cosas. Últimamente, como que han fallado las políticas, puesto que su eficacia se mide en los resultados, por ejemplo: la lectura, que en los últimos años se han empecinado en tener como bandera. Se utiliza a los cuenta cuentos, se traen actores desde la Ciudad de México a que les lean a los niños. ¿Resultados? Había que recurrir a las estadísticas en cuanto se han incrementado las ventas de las librerías, en que tipos de libros y cuáles son las edades de los clientes. Para mi punto de vista, existen formas más idóneas y menos caras que traer personas de la Ciudad de México a que lean. (Sume usted, sueldo, avión y hospedaje). Existe algo que se llama escuela, salón de clase, maestro, clase de literatura, o de ciencias, de matemáticas, geografía, historia, etc. Es el maestro quien puede acercar a los chicos a la lectura y la Secretaría de Educación ofrecer a bajo precio los materiales, puesto que ese es la segunda parte del problema, el precio de los libros. Una novedad, actualmente, cuesta arriba de trescientos pesos. Los hay más baratos, como la colección sepan cuantos que hace mucho no edita nuevos títulos. Otros, son versiones simplificadas de las originales, donde te conoces la historia, pero no el estilo; esto es perder la mitad de la obra, o sea, que en realidad no existe un verdadero interés en resolver el problema. Simplemente se dan paliativos.

En el mundo comercial, una buena película genera la venta de libros. Ejemplo: Guerra de tronos, a pesar de que los libros salen caros, no dejan de ofrecerlos las librerías. Y cómo éste, las sagas que están de moda que no son sino continuación de las novelas de folletón que se publicaban antiguamente en los periódicos. ¿Por qué no se siguen publicando? Bueno, los periódicos se han dejado de vender. La radio sería otro mecanismo para generar lectura, pero también se desaprovecha.

Una forma de tener un control sería exigir que en cada nivel, los alumnos debieran de contar con un mínimo de lecturas para pasar al siguiente nivel. Ya veo las críticas, si muchos no tienen para comer, lo cual significa que la mayoría de la población mexicana difícilmente subsiste, o al menos eso nos quieren hacer pensar, no pueden comprar libros. Problema que se resuelve por medio de las bibliotecas de las propias escuelas hechas a exprofeso. Parte de los sistemas y parte de las políticas.

Desde el punto de vista de los institutos culturales, ¿que podría hacerse?, si tuviera un poco de sentido común generaría el interés a partir de los concursos. Estos te hacen encontrar los prospectos que están dispuestos a prepararse para ganar un reconocimiento o un premio en un área de interés. Hemos visto películas americanas, donde los estudiantes se preparan para concursar en ortografía, deletreando las palabras. Eso resulta para mejorar la ortografía de los jóvenes, no sólo del que gana, sino del todo que compite. También, hay concursos de interpretación musical, baile y otras disciplinas. ¿Qué tipos de concurso existen a nivel local? Los de literatura son nacionales: El Enriqueta Ochoa y el teatro para niños. Están diseñados para escritores. Y esos concursos terminan con el premio. A las autoridades no les interesa encontrar talentos y mucho menos promocionarlos. Son parte de la chamba burocrática. Lo afirmo como experiencia personal: cuando gane el Julio Torri y pedí que me consiguieran espacios para leer la obra, me dijeron que lo hiciera yo mismo, que ellos me apoyaban, moralmente.

Otro problema de las políticas culturales es la continuidad. Cada director de cultura se siente genio. Como viene a suplantar a otro, la forma de ser genio es erradicar lo que el anterior hizo para promover sus propias ideas, con lo que se han dejado de lado proyectos que pudieron tener su importancia y por la apatía general murieron. Un caso concreto fue la Fiesta de las etnias que con el tiempo bien se pudo haber convertido en algo similar al Cervantino. Con el apoyo de las embajadas, se hubiera podido armar un gran espectáculo que hubiera incrementado el turismo local y el fomento cultural; más hubo un genio que lo canceló y nos quedamos sin nada. Lo mismo pasó con la coral y otros proyectos, el de las ediciones. De que vale subir de instituto a dirección, si no hay capital para promover. Eso solamente le incrementó el sueldo a una persona, al director de cultura. Propongo que volvamos a bajar de dirección a instituto y a lo mejor alcanza para hacer algo más.

El presupuesto es otro problema que habiendo interés se puede resolver. Mi padre consiguió quien proveyera a la ciudad del Quijote, la Sor Juana de la Torreón Jardín y el Einstein que está, ahora, adentro del Tecnológico de La Laguna y otras esculturas. El interés tiene pies.

  Por: José Luis Herrera Arce

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