BENDICE
Aunque la Iglesia "no tapa baches, ni resuelve las fugas de agua o la economía, su misión es indispensable para la paz social", dijo el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, en su homilía de la Misa Crismal de Jueves Santo, con la que da inicio al Triduo Pascual.
La ceremonia se llevó a cabo en punto de las diez de la mañana en la parroquia de San José, la cual lució repleta de fieles católicos que fueron testigos del compromiso que refrendó casi la totalidad de los sacerdotes que integran la Diócesis ante la Iglesia y la comunidad, así como la consagración de los santos óleos.
En la celebración se contó con la presencia del obispo emérito, José Guadalupe Galván, así como de seminaristas y jóvenes que se encuentran en la etapa de discernimiento para poder ingresar al Seminario.
"La Misa Crismal es una profesión de fe en el protagonismo del Espíritu Santo, simbolizado en los santos óleos, por ello ya la Iglesia también es la ungida para ser luz en las naciones. Estos óleos nos hacen partícipes de la misión sacerdotal, profética, y real de Cristo, que nos dispone a anunciar nuestra vida a Jesús que es camino, verdad y vida".
En su mensaje a los sacerdotes, pidió: "apartar de nosotros la actitud de asalariados que huyen ante los problemas que enfrenta la comunidad, sino que estén dispuestos a acompañar siempre a su pueblo a orientarlo por el camino del amor y de la paz… No dejemos entrar espíritus de las luchas por el poder a nuestra santa y amada Iglesia. Cuando hemos buscado hacer alianzas con el poder siempre hemos hecho el ridículo, y queda en evidencia nuestra falta de espiritualidad y nuestras pretensiones no muy evangélicas, nos quedamos sin el poder y sin la confianza de la gente".
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SACERDOTES
De la Diócesis de Torreón asistieron a la Misa y renovaron sus promesas.
NúMERO
Óleos
"Estos signos salvadores fortalecen nuestra fe, nos pontifican en la enfermedad, nos marcan como pertenencia de Dios, estamos ungidos, marcados como su pueblo".
Fotos: La i
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