Un copropietario de una empresa de parques acuáticos y un diseñador fueron encausados ayer por la muerte en 2016 de un niño de 10 años que resultó decapitado cuando la balsa en la que descendió salió volando y golpeó un aro en el aire.
La fiscalía general de Kansas dijo que Jeffrey Henry, de 62 años, copropietario de Schlitterbahn Waterparks and Resorts, con sede en Texas, y el diseñador John Schooley fueron acusados formalmente de homicidio no premeditado por la muerte de Caleb Schwab mientras descendía a toda velocidad por el tobogán llamado Verruckt, una palabra en alemán que significa demente.