LOS GERMINADOS, PROPIEDADES Y ELABORACIÓN
En realidad cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado, aunque los más apreciados por su ternura y buen sabor son los brotes de legumbres (porotos mung, soja, alfalfa), cereales (trigo, cebada) y también de berro, rábano, calabaza, girasol, lino, sésamo, entre otros.
El sabor es variable, por ejemplo el de alfalfa es muy agradable, el de mostaza es el más picante y el de trigo tiene sabor dulce por los carbohidratos que contiene.
Alfalfa: Completo y más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K, calcio, magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc y los aminoácidos más importantes. Es remineralizante, combate la fatiga y la debilidad.
Arroz integral: Es rico en vitamina B, fósforo, potasio, magnesio, sodio, calcio y silicio. Ayuda a la adecuada conservación de huesos y dientes.
Arvejas: Proporcionan clorofila, proteínas, carbohidratos, fibra, vitamina A, hierro, potasio y magnesio.
Avena: La semilla germinada más recomendable para trastornos nerviosos, depresiones y alteraciones del sueño. Contiene vitaminas B y E, proteínas, carbohidratos, fibra, minerales y un alto contenido en silicio, necesario para el desarrollo de las estructuras musculares, cerebrales y nerviosas.
Berro: Muy adecuado para combatir los síntomas de la fatiga primaveral. Alcaliniza y depura la sangre, neutraliza el exceso de toxinas. Regula el metabolismo. Es rico en hierro, fósforo, manganeso, cobre, zinc, yodo, calcio y vitaminas A, B2, E y C.
Fenogreco: Limpiador sanguíneo y renal, se recomienda para levantar el ánimo decaído y para reforzar el organismo. Estimula las funciones digestivas y hepáticas. Otorga un agradable olor al sudor de quienes lo consumen. Contiene abundante fósforo y hierro.
PROPIEDADES DE LOS GERMINADOS
Los germinados ayudan a prevenir enfermedades o a tratarlas en el caso de que ya se hayan manifestado. Se destacan: 1.- Favorecen los procesos de desintoxicación, depuración y eliminación de residuos almacenados en los tejidos o en la sangre. 2.- Fortalecen el sistema inmune. 3.- Antioxidantes, combaten la acción de los radicales libres. 4.- Estimulan las secreciones del páncreas. 5.- Facilitan la digestión, activan los procesos de regeneración y desinflamación del aparato digestivo, revitalizan los mecanismos metabólicos internos. 6.- Mejoran el funcionamiento intestinal, alivian el estreñimiento, fortalecen el intestino y la flora intestinal, contribuyen a eliminar gases y desechos. 7.- Bajan el índice de colesterol. 8.- Tonifican el sistema nervioso. 9.- Contribuyen a mantener la elasticidad de las arterias y la vitalidad del sistema glandular. 10.- Retrasan el envejecimiento, sus componentes permiten que las células del cuerpo se mantengan jóvenes durante más tiempo. 11.- Favorecen el metabolismo por su acción reconstituyente. 12.- Su consumo está recomendado en casos de anemia por su riqueza en clorofila, y para personas con el estómago delicado.
Por otra parte, los germinados son alimentos que se obtienen a partir de un proceso por el cual se activan las enzimas del crecimiento que se encuentran dentro de las semillas, esto sucede cuando se les suministra humedad, calor y un poco de luz solar.
Estos brotes tienen un alto contenido de aminoácidos, enzimas, minerales, vitaminas y otros componentes que ayudan a corregir la carencia de nutrientes en el organismo; además favorecen los procesos de desintoxicación, depuración y eliminación de residuos almacenados en la sangre y en los tejidos, asimismo, gracias a sus propiedades fortalecen el sistema inmune y el sistema digestivo; de esta manera también disminuyen los niveles de colesterol y mejoran el sistema nervioso.
Los germinados son fáciles de producir en el hogar y son muy económicos; sólo se necesita un frasco de vidrio de 500 mililitros, medio litro de agua, una gasa o un trapo de algodón (manta de cielo), una liga y de 15 a 20 gramos de semillas como: albahaca, alfalfa, amaranto, avena, berro, brócoli, cebada, centeno, eneldo, garbanzo, lenteja, rábano, arúgula, soya y trigo.
Antes de iniciar con la producción de los germinados es importante considerar un lugar que sea oscuro y cálido para situar el frasco, a continuación se ponen las semillas, en un recipiente y se lavan bien, posteriormente se introducen dentro del frasco y se les vierte agua hasta cubrirlas, después se sella el frasco con la gasa y la liga y se coloca por 12 horas en el lugar previamente ubicado.
Pasadas las 12 horas las semillas se deben escurrir bien, después se enjuagan con agua tibia, este proceso se repite de dos a tres veces a lo largo del día durante los primeros tres días y luego una vez al día hasta que termine el proceso de germinación.
Posteriormente se vuelve a colocar el frasco sellado sin agua en el lugar oscuro, pero esta vez de forma horizontal o inclinada procurando que los granos queden acomodados a lo largo de éste; es importante mantener las semillas húmedas y bien oxigenadas para evitar que crezcan hongos o salga moho.
A partir del primer día, después de colocar el frasco inclinado en el lugar oscuro comenzarán a salir algunos brotes, cuando estos midan de dos a tres centímetros de largo se tienen que exponer a la luz indirecta (aproximadamente ocho horas) para que sus hojas se pongan verdes, esto favorecerá el aumento de vitamina C y mejorará su sabor.
Los germinados pueden consumirse después de los primeros seis días de producción, se recomienda guardarlos dentro del refrigerador bien escurrido y seco, esto ayudará a que se conserven frescos por más tiempo.
Señora ama de casa, una idea más para conservar y prevenir problemas en la salud de la familia.
