¿Para qué más partidos?
La noticia de que había la intención que en nuestro estado hubiera más partidos causó un impacto negativo en la ciudadanía, porque ¿cómo es posible que con nuestros impuestos quieran seguir manteniendo a ciertos grupos de familias que siempre han vivido del erario?
Ni México y menos el estado endeudado están para este tipo de derroches. ¡Ya estamos cansados que nuestros impuestos vayan a parar en manos de políticos corruptos!
Estamos cansados de partidos que sólo son comparsa del gobernador en turno, porque no son un contrapeso político, están a las órdenes del gobernador en turno, y así lo hacen en otros estados de la república, con el fin de usarlos maquiavélicamente: “divide y vencerás”.
¿Alguna vez un partido satélite ha defendido los intereses de la ciudadanía? Claro que no. Cuando se dio el problema de la deuda en Coahuila, ¿estos partidos denunciaron? ¿hicieron algo? ¿acudieron a tribunales internacionales?
Yo le pregunto al gobernador y a la comisión de prerrogativas y partidos políticos que son los que van a avalar si tal o cual organización se convierte en partido político : no les da vergüenza ver compatriotas en los cruceros, en la calle, en los camiones, en los botes de basura para llevar un sustento a su familia. Ver tanta gente obrera que trabaja de gallo a grillo por un sueldo miserable y ustedes tirando nuestro dinero a la basura, no se vale, esto tiene que cambiar. Un llamado urgente a la ciudadanía, a los diputados locales, a las autoridades competentes; para terminar con esto, porque en un estado, quizás tres o cuatro partidos son suficientes. Organizaciones no gubernamentales, ciudadanos libres y honestos, esta situación no puede seguir.
Ing. Martín Castañeda Domínguez
Torreón, Coah.
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Tiempos aquellos
Siempre negaré la expresión que sostiene que tiempos pasados fueron mejores. cada época tiene su fascinación y magia, así como sus aspectos negativos, pecados de los tiempos decían los viejos, mortales o veniales, pero al fin pecados.
Evocando la década del 60 -antes de las masificaciones humanas que ahora conformamos-, recuerdo cuando a mi padre, viajero frecuente por razones de trabajo, le llamaban con antelación de la oficina de la única aerolínea que en ese entonces cubría la ruta de Torreón para informarle,al igual que a los demás pasajeros, sobre alguna demora que afectaría su vuelo.
En esos mismos años, en otra geografía, recuerdo que en las tiendas de algunas ciudades fronterizas de Texas había mesas ubicadas a la mano del público con formatos de cheques de diferentes bancos locales, permitiendo que los compradores los llenaran con el monto, número de cuenta y firma, los cuales eran aceptados y bien recibidos en pago de mercancía sin ninguna restricción o verificación de fondos o desconfianza por los establecimientos referidos.
Tiempos aquellos, más no mejores ni peores.
Francisco Benavides Beyer
Cuernavaca, Mor.
