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SOBRE LA RESILIENCIA

"No me juzgues por el éxito que tuve, sino por el número de veces que caí, y volví a levantarme". Nelson Mandela

El diccionario de la Real Academia Española define resiliencia como una capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador, o una situación adversa. La palabra resiliencia viene del latín resilio, que quiere decir volver atrás, rebotar.

En el campo de las ciencias de la conducta, la resiliencia se refiere a la fuerza que muchos individuos o grupos adquieren después de sufrir circunstancias estresantes o traumáticas, y como resultado, son capaces de salir adelante a pesar de situaciones de alto riesgo, o de desastre y dolor psicológico. Se entiende como un proceso que influye no sólo a personas, sino también a familias y la comunidad. Resiliencia también se puede explicar como la habilidad de una persona con actitud positiva que le permite ver fallas como oportunidades de aprendizaje. Ejemplos serían los casos de personas que son testigos de la perdida de un ser querido en circunstancias dramáticas; la experiencia de fracaso profesional, maltrato físico o emocional, un desastre natural como un terremoto, la noticia de una enfermedad terminal como el cáncer o pobreza extrema. La resistencia, supervivencia y motivación para salir adelante ante alguna de estas situaciones traumáticas, sería ejemplos de resiliencia.

Recuerdo el caso de un paciente internado en el centro medico penitenciario donde trabajé y que sufría un estado avanzado de cáncer del hígado. De acuerdo a sus cálculos, tenía algunos meses de vida, ya que la enfermedad se le estaba extendiendo a otros órganos. Este interno, a quien llamaré Carlos, de aproximadamente 50 años, estaba cumpliendo una condena de 25 años debido a un robo a mano armada. De esos 25 años, ya había servido 10 y su familia prácticamente lo había abandonado, ya que no recibía visitas. Gran parte de su vida la había dedicado a la delincuencia y al abuso de alcohol y drogas.

Carlos había pedido permiso de ayudar a otras pacientes bajo supervisión de los empleados. Específicamente, pidió ayudar a los pacientes con estado avanzado de demencia, quienes necesitaban ayuda con actividades básicas como comer e higiene personal. Durante mis rondines, lo veía dando a los pacientes de comer en la boca y cambiando pañales y la ropa de cama. En ocasiones, se le veía el esfuerzo extra para lograr estas tareas, ya que la misma enfermedad y el tratamiento lo agotaban notablemente. Pero no desistía. De alguna manera, Carlos sacaba energía para lograr su objetivo de ayudar a pacientes, quienes no eran suficientemente racionales para agradecer la ayuda. Cuando le pregunté por las razones de sus conducta, su respuesta era simple: "Director, mi misión por el resto de mis días es ayudar al desahuciado, esto me da mucha tranquilidad. Es mi manera de sobrevivir y morir en paz".

La fortaleza de Carlos, considerando su propia condición medica, es un ejemplo de resiliencia. Su misión de ayudar a otros era un incentivo para seguir adelante y adaptarse a la situación estresante de que iba a morir en cualquier momento. De acuerdo a él, ésta era una estrategia para manejar su propio temor de morir en la prisión en soledad y abandono, y su sensación de considerarse un fracasado en la vida. Su necesidad de no sólo extender su vida, sino también de hacerla productiva, lo motivaba a esforzarse al máximo. Otro factor que ayudaba a Carlos fue su espiritualidad. De acuerdo a él, por primera vez sintió la necesidad de rezar, leer la Biblia y ayudar al Capellán a organizar los servicios religiosos. En ocasiones, lo observaba leyendo la Biblia a los pacientes que él mismo se había escogido y asignado a ayudar, en este caso, a los más enfermos.

Cualquier persona con capacidad de raciocinio y aprendizaje y fuerza psicológica para tolerar dolor emocional, puede desarrollar resiliencia. No es un cosa fácil, pero es posible. Para lograrlo, es muy importante tener algún tipo de apoyo familiar y/o social para adquirir esta fuerza, o cuando menos, tener algún contacto que inspire confianza, por ejemplo, algún consejero o amistad especial. También, importante es poder visualizar planes realistas de acción que ayuden a solventar la situación difícil, y luego poner los planes en acción. Como en el caso de Carlos, su plan fue ayudar a los enfermos y proceder a pesar de sus propias limitaciones. La capacidad de controlar impulsos y emociones es esencial, ya que debido a la misma vulnerabilidad, es fácil desmotivarse a salir adelante. Para él, el apoyo del grupo religioso al que pertenecía fue crucial.

El proceso de resiliencia es como un viaje por un camino sinuoso y difícil, pero transitable si se planea, se organiza y se lleva a cabo con persistencia y de acuerdo a la misión. Durante este viaje, nos podemos encontrar con obstáculos, o imprevistos, pero con un buen plan, y sobre toda perseverancia de que las cosas se pueden manejar, si no resolver. Es de mucha ayuda tener alguna compañía que apoye, ya que muchas veces la perspectiva de otra persona en la toma de decisiones es muy importante para poder llegar al final del viaje. Gracias por leer esta columna.

  Por: Mtro. Francisco Pineda

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