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La Columna de Rosell

RAFAEL ROSELL

Es oficial, no habrá descenso a partir de la próxima temporada, para los que todavía no lo captan, una temporada se conforma de dos torneos, el Apertura y el Clausura. Es decir, esta temporada que se encuentra a siete jornadas de concluir para los involucrados en el último descenso de sabrá Dios cuántos años, seguirán en la quema, Atlas, Querétaro, Lobos BUAP y sobre todo Veracruz protagonizan la última angustiante carrera para evitar el descenso, este Clausura 2018 es el último torneo donde el circo es de dos pistas, donde el aficionado puede ver hacia dos lados, donde el aficionado puede ver su guía televisiva y todavía poder encontrarle atractivo a un Gallos vs Tiburones (por poner un ejemplo) después, a partir de la 2018/2019 cuando falten cinco jornadas darse cuenta que la mitad de los partidos carecerán de interés, la parte alta de la tabla interesará a los ricos, la parte baja, ya no interesará ni a los pobres.

Si habrá ascenso, la idea es esperar que alguno de los equipos certificados, Atlante, Bravos, Toros, Dorados, Leones Negros y Colchoneros (Atlético de San Luis) logren conseguir el boleto y así paulatinamente convertirse en el equipo 19 y 20, en caso de que un equipo sin derecho al ascenso obtenga el boleto no podrá subir y así nos vamos hasta que alguno de los seis avalados tenga a bien conseguir deportivamente el ascenso, ¿Cuánto les tomara esto? Nadie lo sabe, sólo hay que tomar en cuenta que cada vez que un no avalado consiga el derecho de ascender, habrá que esperar un año más, para ver si al siguiente año un avalado lo logre.

Ahora, en este torneo de Clausura 2018 todavía existe el recurso de que el equipo que termine último en la tabla de cocientes pueda mantenerse en la primera si el equipo de ascenso que obtenga el boleto no está avalado, recordemos que Alebrijes de Oaxaca ya tiene medio boleto y marcha en tercer lugar a tres puntos del líder Mineros con la posibilidad de clasificarse e intentar el bicampeonato y evitar los juegos por el ascenso, es decir, las posibilidades de que un equipo que no reúne los requisitos para jugar en primera obtenga el boleto son muy factibles, entonces si el Veracruz queda en último de la porcentual tendrá que aflojar algo así como 120 millones de pesos, (dice Fidel Kuri que ya los tiene listos por si acaso) directamente al equipo que consiguió el boleto para que los invierta en mejoras que lo acerquen a cumplir con el cuaderno de cargos.

Con el nuevo reglamento vigente a partir de la 2018/2019 el equipo que quede último no descenderá bajo ninguna circunstancia, pero deberá de pagar una cantidad de dinero (no se ha revelado el monto) que será repartida entre la Liga MX y la Liga de Ascenso, o sea ¿y si gana en la cancha el pase para el ascenso un equipo no avalado? ¿Qué recompensa recibirá? Ninguna directamente como sucedería en este torneo, se supone que este dinero aportado por el más malo al término de una temporada, llegará a las arcas de las principales divisiones de nuestro país y ellos decidirán cómo ejercerlo. No, pues no suena justo para el equipo que se mató en la cancha en dos torneos de la llamada División de Plata para que al final no reciba su premio económico en su totalidad como en la actualidad.

Ahora, se supone que a partir de la próxima temporada todos los equipos del máximo circuito tendrán la capacidad de pagar la cantidad acordada (no se ha revelado el monto) supongamos que ronde los cien millones de pesos, digo para que valga la pena, Lobos BUAP el ejemplo más claro de insolvencia económica ¿tendrá ese "baro" bajo el colchón en caso de que termine en un futuro no muy lejano en el último lugar de la de cocientes? A menos con que nos salgan que esa "multa" será de cien mil pesos o alguna ridiculez similar.

El que se había opuesto públicamente a la abolición del descenso ya se va después del Mundial, Decio de María va a dejar la chamba justo cuando más se le necesitaba, un personaje de su peso en contra de quitar la esencia misma de una competencia (la otra es luchar por el campeonato) mejor se jubila y justo cuando se necesitaba su influencia ya no pesa nada, es como cuando en los años gloriosos del priismo, en cuanto se rebelaba el nombre del tapado (en este caso Yon de Luisa) el presidente actual poco a poco se desvanecía. El futbol sin descenso es como una película palomera.

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