El ritmo de crecimiento de la cartera vigente de la banca comercial destinada a la empresa privada en México creció aproximadamente un 15 por ciento anual en los últimos años, cifras que demuestra la fortaleza del sector financiero y que es resultado de las reformas estructurales de 2012 y 2013, sin embargo, el incremento en las tasas de referencia a partir de diciembre de 2015 a la fecha que ha elevado del 3 por ciento hasta el 7.5 por ciento el interés podría revertir esta situación y generar una eventual desaceleración del crédito en la economía nacional.
A raíz de esta información surge una pregunta ¿Por qué el incremento en la tasa de referencia en más del doble no ha impactado en la tasa de interés que cobran los bancos comerciales?, y es que de acuerdo a especialistas financieros el impacto apenas ha sido superior a dos puntos porcentuales, muy por debajo de la tasa del Banco de México. Para la Asociación de Bancos de México (ABM), esta situación se explica por la competencia en la banca comercial, de tal suerte que las instituciones financieras han tenido que absorber el incremento de la tasa, de hecho, durante los primeros once meses del 2017 el crédito a nivel general presentó un incremento del 9 por ciento mientras que el crédito al consumo fue del 8.5 por ciento.
Por otra parte, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) mediante su tercera entrega de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2016 sugirió a las instituciones de la banca de desarrollo a que mejoren la inclusión financiera y el otorgamiento del crédito en el país, y como muestra el ejemplo de Nacional Financiera, quien alcanzó a registrar una cobertura de tan sólo el 12.7 por ciento que representa aproximadamente 715 mil unidades económicas de las 5.6 millones registradas en México y que puede atender.
La inclusión financiera es un tema fundamental no solo para la economía de México sino de todo el mundo, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) existe un gran problema en la exclusión financiera y económica de millones de personas en todo el planeta, debido a que la desigualdad financiera es una condición económica que se está convirtiendo en una crisis social que no tardará en ser tan grave como el calentamiento global. Más allá de observar el crecimiento de la economía mexicana debemos poner mucha atención al sistema financiero debido a que mientras menos personas formen parte de éste los resultados en materia de innovación y progreso económico del país seguirán siendo limitados.
Según información del Banco de México (Banxico) durante 2016 el crédito a los hogares apenas creció un 1.5 por ciento, mientras que en 2011 el incremento estaba en 14.3 por ciento debido principalmente a la carga financiera que comienzan a tener los hogares mexicanos de menores ingresos quienes utilizan aproximadamente el 15 por ciento de sus recursos para pagar sus deudas cuando la media nacional se sitúa en aproximadamente el 8 por ciento según cifras de BBVA Bancomer.
Si bien es cierto parece que aún no hay un problema grave en el sistema financiero mexicano lo cual tampoco quiere decir que esté presente la bonanza prometida por la reforma financiera. Seguimos observando como el acceso a crédito es limitado para las micro y pequeñas empresas, aún falta mucho en materia de inclusión financiera para millones de familias de escasos recursos y el costo del dinero comienza a ser un factor en la dinámica económica, y es que sin lugar a duda el incremento de las tasas de referencia por parte del Banxico tarde o temprano afectarán de manera significativa las hipotecas, las tarjetas de crédito, el acceso al consumo y por supuesto el nivel de cartera vencida.
