Todo un lujo. El emblemático vehículo ahora lo lleva al pasado sin salir del presente. (ARCHIVO)
En los automóviles, el correr del tiempo es un concepto complejo. Existen vehículos hechos para alcanzar una velocidad específica en pocos segundos. Otros están pensados para ser atesorados durante años, con la esperanza de que se vuelvan clásicos. Al pasar de los segundos y los años, el conjunto de vivencias que forman el presente puede escaparse. Es común conocer que alguien pasa por "la crisis de la edad madura" y con tal motivo se hace de un convertible. Al adquirir estos vehículos en ocasiones el usuario puede estar tratando de detener el paso del tiempo, pero ¿qué alternativas hay para escapar de este ritual moderno con algo que de verdad nos identifique como personas?
Catarsis todoterreno. Para quienes conocen las ventajas terapéuticas de los recorridos a bordo de un todoterreno, la crisis de la edad madura es algo ajeno, que existe, pero les pasa a otros, como las plagas de langostas o las tormentas de nieve. Y es que el gran ícono del 4x4, Jeep, funciona como un repelente a esas tensiones del alma que en ocasiones empujan a decisiones abruptas. El protagonista de esta marca, el veterano Wrangler, llega a nuestro mercado en su más reciente generación. Esta instancia, denominada JL, combina una herencia robusta y sin traspiés con la adopción de las tecnologías más actuales de la industria.
Para explorar física y anímicamente el momento actual del protagonista de los todoterrenos llevamos el Wrangler en un recorrido de Puerto Peñasco a Mexicali pasando por la Reserva Ecológica El Pinacate. En este escenario protegido de la depredación, pudimos recorrer los senderos usados por los guardaparques, dando a esta travesía un sentido atemporal en un vehículo que se rige bajo ese mismo principio: la funcionalidad contra el paso del tiempo.
Diferentes aspectos, un mismo principio. Para distinguir a simple vista cuál es cuál, basta identificar que en la versión Rubicon del JL dispone de bloqueo electrónico de diferencial y liberación de barra estabilizadora, con molduras exteriores en color gris oscuro, mientras que para la versión Sahara las molduras son al color del resto de la pintura exterior y sus acabados en tablero y asientos son en piel, aunque los detalles entre versiones van más allá. En total llegarán cuatro versiones al mercado mexicano en el mes de febrero: Rubicon, Unlimited Sport, Unlimited Sahara y Unlimited Rubicon.
El conocido frente prescinde ya del rótulo Jeep, pues resulta inconfundible la combinación de parrilla y faros, haciendo innecesario expresar con letras de qué marca se trata. Los faros cuentan con tecnología LED y las siete ranuras están ahora ligeramente anguladas para hacer más aerodinámico el frente, al igual que el parabrisas. Éste tiene la función de articularse hacia el frente para una experiencia off-road más en contacto con los elementos. El cofre cuenta con dos puntos de anclaje para mantener el parabrisas fijo, aunque no es una operación instantánea el cambiar a esta configuración.
Por debajo, todas las versiones de Wrangler JL tienen protección a tanque de gasolina, caja de transferencia, cárter y la transmisión.
En el recorrido al que la marca nos invitó, tuvimos oportunidad de realizar un ascenso en arena suelta en el paraje conocido como La Choya, en Puerto Peñasco, Sonora. Las condiciones de la subida hicieron necesario utilizar la reductora Tru-Lock sin usar el bloqueador, usando la totalidad de los 285 caballos del V6 Pentastar, haciendo rugir con fuerza el motor, para el que los desarrolladores han dejado un tono refinado y deportivo muy agradable de escuchar. Es interesante percibir en la cumbre de la subida de material suelto el aroma a neumático quemado y hallar que las llantas han tomado un tono azul, el cual según los anfitriones se debe a la fricción con la arena.
La reflexión a que lleva el lanzamiento de esta generación de Jeep Wrangler es que los pretextos para conducir uno de estos modelos y disfrutar de las maravillas de nuestro país no pueden quedarse para siempre en un futuro promisorio. La comodidad y refinamiento alcanzados dentro del Wrangler hace innecesario tenerlo como "vehiculo de fin de semana", pues es tan noble en ciudad como en carretera, y fuera de ésta es una verdadera criatura salvaje. El antídoto ideal contra sentirse viejo.
