Sin piedad. Un ataque con una ambulancia llena de explosivos dejó 95 muertos en Kabul.
El número de víctimas por el atentado suicida perpetrado ayer en Kabul, capital de Afganistán, aumentó a 95 muertos y 158 heridos, aunque la cifra de decesos aún podría elevarse debido a la gravedad de muchos de los lesionados, informaron fuentes oficiales.
Milicias del grupo fundamentalista Talibán se atribuyeron la responsabilidad del ataque, cometido con una ambulancia en un puesto de control del antiguo edificio del Ministerio del Interior, cerca de la sede de la Policía Nacional y de la oficina del Alto Consejo de Paz, en el Centro de la ciudad.
Wahid Majrooh, portavoz del Ministerio de Salud Pública de Afganistán, declaró a la Prensa que fueron trasladados 63 cuerpos directamente del lugar al centro forense, y los heridos fueron ingresados a los hospitales de Jamuriat, Emergency y Wazir Akbar Khan de Kabul.
El vocero del Ministerio afgano del Interior, Nasrat Rahimi, declaró a la agencia local de noticias Pajhwok que un atacante "tomó una ambulancia del hospital Jamuriat y cruzó el primer puesto de control policial del Ministerio del Interior, pero llegando al segundo puesto detonó sus explosivos".
Rahimi precisó que hasta el momento, cuatro personas habían sido detenidas en relación con el incidente, sin dar más detalles.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, y su primer ministro Abdulá Abdulá, condenaron enérgicamente el ataque.
"Con profundo pesar, los terroristas han repetido una vez más un acto imperdonable matando a civiles, incluidas mujeres y niños, han martirizado a nuestra gente que estaba ocupada en sus actividades rutinarias cerca del Hospital Jamhuriat", señalaron en una declaración conjunta.
"Los enemigos de Afganistán deben saber que son perdedores en esta guerra impuesta", añadieron.
El ataque ocurrió una semana después de que los insurgentes asaltaron el lujoso Hotel Intercontinental en Kabul, matando a más de 20 personas, en su mayoría extranjeros.
