Mis queridos hermanos metaleros aferrados y así, que la buena vibra los alcance y que les sea leve la vida. Siguen abiertos los canales de la comunicación: La Música del Dihablo [Facebook] y @Foko_54 [Twitter].
Hoy empecé por el final, como mero recordatorio de que todo fin es un principio... y el año de la muerte continúa con su cosecha.
Dave Holland, baterista de Judas Priest en una época importante de la banda, dejó de existir a los 69 años de edad.
En un principio, algunos internautas (¿todavía se les dice así?) confundían a Holland con un aparente homónimo contrabajista británico. La duda se despejó pronto.
Acusado de abuso a un menor, el músico contribuyó en álbumes indispensables en la discografía de Judas: British Steel, Point of Entry, Screaming for Vengeance, Defenders of the Faith, Turbo y Ram It Down.
Pero no todas son noticias a lamentar. Como ustedes ya saben, Slayer anunció su esperada separación mientras en Sodom se habla de un reencuentro.
Vámonos por partes, dijo Jack. La separación de una banda como Slayer es una buena noticia; al paso que iban, terminarían como AC/DC, que sin hacer "oficial" la separación de la banda, se sabe que está poco más que destruida. Con un integrante con problemas mentales, un vocalista que no puede cantar (al punto que una voz en silla de ruedas lo tuvo que suplir para terminar una gira) y un miembro fundador "pasó al otro barrio"... sí, como Holland.
Acá en Slayer, Hanneman murió hace algunos años y la banda perdió algo. Y sin Dave Lombardo en la batería, cada vez se parecían menos a su mejor versión. Cabe hacer la aclaración que a mí me gusta mucho Bostaph como baterista.
Pero es el inequívoco paso del tiempo el que dicta sus leyes y ni como salvarse de ellas.
El anuncio del adiós trae consigo uno más: la gira de la despedida, que al menos en los Estados Unidos estará complementada con Lamb of God, Testament, Anthrax y Behemoth. "¿Quieren más o les guiso un huevo?", dirían por ahí.
Ojalá en ese último tour toquen tierras mexicanas, con varias fechas, para al menos disfrutar del Reign in Blood sobre el escenario. Y esa sangrienta lluvia de estruendosos 'riffs' del más allá.
Pasemos a lo que sigue, pues, que aquí lo único que no se muere es el rock.
El tío Angelripper le abrió la puerta a "nuevos" integrantes a Sodom para formas un "nuevo" presente. Frank Blackfire está de regreso junto a Yorck Segatz en las guitarras y Husky (ex de Asphyx y Desaster) en la batería. Sin duda, suena a una alineación poderosa, y adiós al 'power trío'.
No hay tiempo para lamentaciones ni nostalgias baratas, amigos, que el futuro nos alcanza pronto. Vivamos hoy, bebamos un poco y que suene metal atronador en vuestros corazones.
Apenas va un mes de 2018 y seguramente nos tocará ver a más guerreros caer, a más bandas despedirse y al mismo tiempo, habremos de presencia más conciertos de la música que tanto nos apasiona.
En la Comarca Metalera, mañana sábado habrá un evento que suena interesante. El llamado Winterfest, en conocido bar sobre la avenida Allende, a una cuadra de la Colón. En el cartel de promoción aparecen banditas como Nopal Metal, Subsecuencia, Rojo Carmesí, Atlantic, KFC, Aquerontte, Black Poison, Paniko, Only Vendetta, Exhumed Worms y Lehion, por mencionar a algunos.
El inicio está programado a las 4:00 de la tarde para que a las 2:00 de la mañana ya no se escuche ni un murmullo. Allá nos vemos.
Ya por último, el sábado 31 de marzo, en donde siempre (Allende, a 20 metros de la Plaza Mayor), un aniversario más de Metaleros Unidos. Ahora sí, chao.
