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Morir para vivir/II

El primer caso que tengo documentado de un trasplante de riñón de "hermano a hermano", lo vivimos en la Familia Garza Rodríguez, compuesta por don Alejandro Garza Ramírez y doña Consuelo Rodríguez Bazán, esta última hermana de mi padre, así como de sus 14 hijos, seis varones (José Benito, Mario, Margil, Sergio, Alejandro y Hermilo), y ocho mujeres, de los cuales actualmente sobreviven tan sólo un varón, el primo Hermilo y siete mujeres: Rosario, Cristina, Oralia, Elva, Consuelo, Socorro y Ramona, todos ellos nacidos y fallecidos en la población de Morelos, Coah., centro de la región de Los cinco manantiales, al norte de nuestro Estado.

Fue allá, a principios de la década de los setenta, cuando el primo Sergio, de tan sólo 35 años, cursa, por causas desconocidas, al parecer una enfermedad viral, de una insuficiencia renal total, que en poco tiempo lo llevaría a depender de una diálisis permanente y/o bien de un trasplante de riñón. En aquellos años de principios de los setenta, ya se empezaban a realizar este tipo de cirugías en algunos países del mundo, sin embargo, en nuestro país aún no se tenía este tipo de experiencias quirúrgicas, y fue en Monterrey donde orientaron al matrimonio Garza García y a los Garza Rodríguez que únicamente en la ciudad de Houston "se empezaba a practicar este tipo de intervenciones quirúrgicas", y como más tarde lo mencionó uno de los médicos, "apenas estaban en pañales".

Y hasta allá fue canalizado el primo Sergio; afortunadamente, en esa ciudad vivía el segundo de sus hermanos, Mario, y su familia, así es que tuvieron el asesoramiento de orientación necesario para este caso.

El diagnóstico fue confirmado por los médicos que lo atendieron y les repitieron: o era vivir por el resto de su vida en diálisis constante o bien efectuar un trasplante de riñón. Como el primo Sergio provenía de una "familia numerosa", fueron sometidos todos ellos a exámenes para conocer la "compatibilidad", y resultó que únicamente los primeros tres hermanos (José Benito, Mario y Rosario) podían ser los donadores. El segundo, el primo Mario, no lo pensó dos veces y se apuntó para ser el donador, afortunadamente, con el apoyo de su esposa Alicia, ya que los hijos todavía eran menores de edad.

Después de completar el protocolo establecido, como en cualquier tipo de cirugías, ambos hermanos fueron trasladados a sus respectivas áreas quirúrgicas la mañana del 8 de agosto de 1973, y fue primeramente el donador a quien se le extirpó uno de sus riñones, para horas después trasplantarlo en el receptor.

Previamente, el cirujano que estuvo a cargo de esta cirugía platicó con ambos y entre otra información les comunicó que: "en el mundo entero, fuera de los Estados Unidos, para ese entonces tan sólo se habían practicado 1,500 trasplantes de riñón, y como información adicional, agregaba que dos donadores habían fallecido desconociendo la causa del deceso, agregando que en este hospital tan sólo llevaban 51 trasplantes, todos con muy buenos resultados, aunque el mismo médico reconoció que "aún estaban en pañales".

La intervención quirúrgica número 52 no fue la excepción, y al cabo de algunas semanas más, el primo Sergio regresa a su población natal y empezó a realizar sus actividades acostumbradas; por su parte, el primo Mario hizo lo mismo, volvió a sus actividades acostumbradas en el ramo de la construcción.

Los años pasaron y poco a poco el "drama vivido por todas las familias involucradas" e inconscientemente pasó al olvido, y si acaso volvía a recordarse, se mencionaba como un "mal sueño, una pesadilla", tan sólo sobrevivió la anécdota, que a partir de aquel agosto de 1973, el primo Mario se refería al primo Sergio "como su hermano y medio".

Muchos años después, irónicamente, fallece primero el primo Sergio a la edad de 71 años de un padecimiento que no tuvo relación con algún problema renal, el 6 de junio del 2006, sobreviviendo posterior a su trasplante 33 años, mismos que no hubiera sido posible si su hermano Mario no le hubiera donado uno de sus riñones. Mario, por su parte, sobrevivió 43 años posterior a su donación a "su hermano y medio", ya que fallece a los 93 años el 27 de abril del 2016 (Continuará).

  Por: Dr. Leonel Rodríguez R.

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