Más de Jorge Ramos
En un reciente artículo publicado en El Siglo de Torreón, Jorge Ramos, asegura que su “principal misión es denunciar y oponerse al presidente Donald Trump para ser el cuarto poder y así evitar y denunciar sus malas acciones, ya que buenas -según él- no hay ninguna”.
Asegura que en trescientos días de presidente, ha dicho seis mentiras al día, por supuesto que no menciona ni da detalles de estas. Lo que me gustaría saber, es cual era la misión de este individuo cuando estaba de presidente Barack Obama, o cual seria (no podemos saber) su misión y actitud si el presidente fuera Hillary Clinton.
Para no alargarme mucho, voy a presentar algunos datos, (logros) del actual mandatario: una economía positiva, con la bolsa de valores estableciendo 60 récords al alza, mas de 4,500 puntos por arriba de la “barrera” de 20,000 puntos. El nivel menor de desempleo en los últimos 17 años. La reforma fiscal, bajando los impuestos a niveles competitivos, un menor ingreso de emigrantes ilegales, nombramiento de jueces y muchas cosas mas, ninguna de las cuales es mencionada por Jorge Ramos.
Todo el veneno y la insidia de este fulano, caerá, sino es que ya cayó por su propio peso. Me queda la tranquilidad de que el señor Trump, esta fortaleciendo la seguridad de la policía y de las fuerzas armadas de su país.
A los demócratas, les digo que ya deberían saber que no se puede tapar el sol con un dedo, por mucho que lo intenten. Por desgracia, están de moda pensamientos y escritores socialistas y son escasos los conservadores, por mucho que estos tengan razón y los otros estén equivocados.
Raymundo Portilla
Torreón, Coahuila
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El camino de la política
Creo que todos hemos conocido que “quien se mete a la política tiene que aprender a comer porquería”, aunque con otras palabras. Esta idea ha tenido graves consecuencias, debido a que es como un aliciente para quienes han decidido entrar a este sector a saber aguantar y a no desaprovechar su oportunidad en cualquier cargo, para ir escalando en importancia, pero también en posibilidades de abuso.
Y es que no es solo porque lo permite el sistema, sino porque así es como se ha manejado luego de la revolución y aún se mantiene así. Todos los partidos políticos son parte de esto, al punto que ya no hay distinción de color en cuanto se trata de la corrupción, por lo que llama la atención que la protección a los funcionarios han aprovechado su puesto o cargo es parte natural del “quehacer político”.
Es triste ver que a pesar de las buenas intenciones, quien entra a la política se transforma en alguien que puede poner su interés por encima de todos y de todo. Muchos dirán que esto solo se arregla con un levantamiento armado, pero veamos los costos que ha traído este tipo de situaciones.
Me parece que nos estamos quedando cortos como generación, ya no sólo con la denuncia a la corrupción sino con la posición pasiva de no reaccionar y por ende dejar que todo esto pase. El cambio debe ser de fondo y de forma, no solo de color y slogan.
Víctor Alanís
Gómez Palacio, Dgo.
