Apenas salió el sol para dar paso al domingo 7 y ya los santistas celebraban el final de la desesperante sequía futbolera, el Año Nuevo llegó ayer para los aficionados al equipo albiverde.
Desde temprana hora se manifestó la afición en las redes sociales, "hoy es el día", "regresamos a nuestra casa el TSM", se podía leer en diferentes cuentas que agregaban fotografías con las "armaduras" listas para asistir al campo de batalla, las playeras, chamarras, abonos, todo lo que tuviera los colores verde y blanco, el aficionado lo sacó de clóset para vestirse de acuerdo a la ocasión.
Una fresca tarde lagunera fue el marco para la presentación del Santos en su versión 2018, con ilusiones renovadas, objetivos trazados y nuevos elementos, comenzando desde el banquillo.
"Siboldi sí la va a armar", aseguraba un padre a su hijo en acalorada plática junto a la estatua de Christian Benítez en la plaza del aficionado, al tiempo que una pareja de novios se apresuraba para llegar a la taquilla y comprar sus boletos de última hora, previendo que las emociones llegaran temprano, no se equivocaron.
Ni diez minutos habían transcurrido cuando de la cabeza de Djaniny llegó el primer festejo de los dueños de casa, quienes aunque se vieron alcanzados tras una jugada desafortunada, retomaron la ventaja con un estético zapatazo del caboverdiano.
En las gradas se disfrutaba del partido con goles y se agradecía el esfuerzo de los futbolistas, buen ambiente se gestó entre los espectadores, quienes le brindaron un sonoro aplauso al abanderado tras la anulación de un gol visitante.
Cuando parecía que se había agotado la magia de Djaniny en un gran primer tiempo, todavía el africano regaló una definición digna de un crack para completar su "triplete" y hacer estallar las gargantas de los aficionados, saboreándose un 2018 que venga repleto de esos momentos, con goles y festejos.
Al medio tiempo había que ir a surtir la cena o rellenar la bebida, pero los Lobos sorprendieron a los Guerreros con tremenda anotación cuando apenas iban regresando a sus asientos los aficionados, "¿a qué hora nos metieron el segundo?" preguntaba algún despistado antes de clavarle un diente a su rebanada de pizza.
El nerviosismo ha sido un huésped frecuente para el nuevo estadio Corona durante los tiempos recientes, por lo que el dejar acercarse a los Lobos empezó a ser motivo de preocupación de los aficionados, sin embargo, pocos minutos bastaron para que encontraran un efectivo antídoto, el primer gol del torneo para el capitán Izquierdoz funcionó como calmante y a la vez como estimulante.
Santos manejó bien el partido y evitó los sufrimientos durante los minutos finales, la grada cantaba alegre aguardando por el silbatazo de Luis Enrique Santander, el cual llegó para decretar el primer triunfo santista en lo que se espera sea un gran año para la institución albiverde.
Entre aplausos fueron despedidos los jugadores y el entrenador, mientras que los Lobos rodeaban al cuerpo arbitral, reclamando lo que consideraban injusticias.
Así terminó la primera noche futbolera en el Corona durante 2018, al menos el primer capítulo tuvo un final feliz.
Los laguneros registraron una buena entrada en el Corona. Santistas gozan primera alegría de 2018
