El control del rebaño debe ser una de las prácticas de rutina más importante por parte del caprinocultor. Desgraciadamente son muy pocos los que llevan registros de sus cabras, que les permitan con toda objetividad saber qué es lo que está pasando en el rebaño y qué tan productivo es éste.
Cuando se le pregunta al productor algunas cosas básicas como son: sí han parido todas las cabras y cuando fue, cuantos cabritos nacieron y cuantos murieron, cuantos partos tiene determinada cabra y cuanta leche produce, cuando cambio el semental, y otras cosas, se escuchan respuestas que generalmente no concuerdan entre lo que se dice que se produce y lo que realmente se esta produciendo, y no es que se digan mentiras, sino que el caprinocultor o el encargado de los animales se confía demasiado en su memoria.
Los registros no deben basarse en la memoria del productor, sino que son datos reales de lo que pasa en el rebaño, y por eso los registros bien llevados permiten identificar los problemas y dar soluciones para hacer más productivo el hato caprino de esa explotación.
El registro de producción es una forma escrita en la que se anotan datos de interés relacionados con la productividad del rebaño, como son la reproducción, las enfermedades, las causas de baja, ya sea por muerte o por venta entre otras. Hay tres tipos de registros básicos que le pueden ser de utilidad al productor y que son: 1).- el que debe llevarse de cada cabra; 2).- uno general, de todo el rebaño que permita tener en pocos minutos una idea de cómo está marchando la explotación; 3).- uno de tipo administrativo, que facilite saber qué se vende y qué se gasta y así conocer si se está ganando o perdiendo.
Los registros requieren de una condición fundamental, la cual es, el que todos los animales deben de estar bien identificados, ya sea con aretes, pueden ser los de Siniiga, o de la campaña de brucelosis, tatuajes, muescas en las orejas u otro tipo de señas que le permitan al caprinocultor saber qué animal se está evaluando, tratando o de cual se están tomando datos.
El poder identificar cómo está actuando cada cabra es de gran utilidad, en cierta forma para determinar entre otras cosas si merece estar en el establo o no. No ocurra como me comento un caprinocultor. -Esa cabra aunque es mala productora pero no la desecho porque fue de las primeras que compre, hace diez años.
Es de mucha utilidad el tener el registro del padre y de la madre de la cabra, ya que este dato permite planificar los eventos reproductivos y genéticos a futuro. Como son: qué semental debemos usar y con que cabras, para evitar que empadre a sus hijas, madre o abuela. También permite saber si la cabra o el semental presentan buenas características para la producción de leche, adquiridas de sus padres y que por consiguiente puede heredar a sus descendientes.
En otro aspecto, como hace 26 años que se a efectuado el Encuentro Nacional de Ganaderos Lecheros, (ENGALEC) En este año ya se tiene contempladas las fechas para su realización, las cuales son del 8, 9 y 10 de marzo. Por lo cual se les invita a que programe en su agenda tal evento.
