Para el párroco Benjamín Rivera la presencia de los fieles y el fervor guadalupano ha crecido. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Los festejos a la Virgen de Guadalupe continuaron hasta este martes, luego de que por la noche se ofreciera la misa de gallo por el obispo Luis Martín y se le cantaran las mañanitas con música de banda ya entrada la madruga.
Hoy, como ya es tradición, acudieron los pequeños y adultos, vestidos como Juan Diego y otros más como danzantes, en agradecimiento por los favores recibidos por su intercesión.
Como los pequeños Jimena Guadalupe Gámez, e Iker Hernández, ambos ataviados como San Juan Diego, a quien la Virgen Morena, se la apareció en el Cerro del Tepeyac en el año de 1531.
“Es una tradición de hace muchos años de la familia, si me vistieron a mí, es una tradición muy bonita”, dijo Rosa Elena Machado, madre de la pequeña Jimena Guadalupe y la abuela de Iker.
Para el párroco Benjamín Rivera la presencia de los fieles y el fervor guadalupano ha crecido.
Recalcó que ni las bajas temperaturas y mucho menos la nevada que sorprendiera a los laguneros el pasado viernes, fue impedimento para los peregrinos.
