Hace unos días, Obituary se presentó en la Ciudad de México, en un foro "insuficiente", argumentan varios. La consecuencia (para algunos lógica): "portazo".
Sentado y a la distancia, es difícil hablar de lo que pasó. Me baso en lo que he leído, desde múltiples perspectivas, y emito el comentario de manera genérica.
Por un lado, hay quien argumenta que los organizadores hicieron mal su chamba, que son prepotentes y que el lugar no era el indicado para la presentación de una banda tan importante como Obituary. Por otro, ¿cómo justificar una acción tan primitiva como el uso de la violencia para lograr un objetivo? Sobre todo si se trata de un evento de corte comercial en el que no existe una obligación por estar ahí. Tan sencillo como: "ya no hay boletos, ya no entra nadie más".
Dentro de las personas que entraron gracias al famoso "portazo", habrá quienes estén realmente molestos por la "mala organización" del evento, según sus palabras. Pero también habrá oportunistas que estaban ahí y simplemente aprovecharon para entrar sin pagar. Reprobable acción, sin duda. La mejor forma de protestar es dejar de consumir; si no me gusta lo que hace determinado organizador, dejo de ir a sus eventos. Dejo de "apoyar", como dicen.
El poder, a fin de cuentas, lo tienen los que pagan, los consumidores. Hay que saberlo utilizar.
Ojalá todos los que están inmiscuidos en conciertos de rock y metal (en cualquier punto del país) tomen conciencia y hagan lo propio para mejorar, no para ir hacia atrás.
El año llega a su ocaso, tiempo de las últimas "tocadas". En la Comarca Metalera se anuncia una edición más del Navideth, con fines benéficos. La fecha es el 23 de este mes; el cover, un juguete con valor de más de 40 pesos. El lugar: conocido centro de entretenimiento sobre la avenida Allende, a 20 metros de la Plaza Mayor.
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