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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

No hay nada más negativo ¿Qué es no? ¿Cómo dijo? No entiendo. Le pregunto qué clase de palabra es la palabra “no”… Ah, pues muy fácil. La palabra “no” es… es… pues fíjese que no sé. A pesar de que “No” es una palabra que usamos con mucha frecuencia en nuestra vida cotidiana, es difícil clasificarla. Ciertamente, la usamos con mucha frecuencia: Niño, no te subas ahí, no estés agarrando eso, no te vayas a caer. No me amenaces, no me amenaces. No es miedo, es precaución. ¿No que no? ¿Con que creías que no?, pues fíjate que no, y así hasta el infinito. La palabra “no” es un adverbio de negación. ¡Claro! ¡Lo sospeché desde un principio! Y sirve para negar, para mencionar algo inexistente, como cuando decimos “no existe el amor…” o “no dejes de quererme porque sin tus besos no puedo vivir…”. La palabra “no” da lugar a una gran cantidad de expresiones como el ¿no que no? Cuando se le reclama a alguien haber dicho que algo no existía o que no era posible y luego se le demuestra que estaba equivocado como en la folclórica expresión: ¿no que no tronabas, pistolita? “No te creo” sobra decir que es una expresión de incredulidad y que algunos complementan diciendo ”no te creo ni el bendito”, y así como esa hay muchas otras expresiones prefabricadas que implican una negativa. Le invito a ver algunos ejemplos. “No la brinca sin huarache” se refiere a una persona que saca provecho de cualquier acción que realiza. “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, un sabio refrán que nos da sabia recomendación. “No comas ansias” significa que no te desesperes, que todas las cosas llegan a su tiempo. “No se vale contar dinero delante de los pobres”, protestaba la chica que no tenía novio cuando veía a su hermana besándose y apapachándose con su pareja, sin ocultar su pasión. “No hagas una tormenta en un vaso de agua”, es frase apropiada cuando le recomendamos a alguien que no haga tanto escándalo cuando se enfrenta con un problema o una situación insignificante. “No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti” es un consejo que nos daban desde que estábamos en la escuela primaria, instándonos a no abusar de alguna situación porque después puede voltearse en contra nuestra. “No hagas cosas buenas que parezcan malas”, otro sabio consejo. “No menciones la soga en casa del ahorcado”. “No dejas títere con cabeza”. “No digas que no te lo advertí” y remato con ésta que es una gran verdad y por ello quiero que la lleve para siempre muy presente en su pensamiento: “No hay mejor amigo que un buen libro”. ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected]. PREGUNTA DEL PÚBLICO: Jesús Casanova: La frase “no quiero nada” ¿está bien dicha? Está negando una negación. RESPUESTA: Por ser costumbre arraigada, la doble negación ha sido aceptada por la Real Academia de la Lengua. Se considera correcto decir “no quiero nada”, o bien, “nada quiero”. Para irme, le dejo esta frase muy realista. Cuando todos los odios han salido a la luz, todas las reconciliaciones son falsas. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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