Tensión. Dos personas intentan arrancar la pancarta con la leyenda 'Más democracia' en el ayuntamiento de Barcelona, una muestra de la tensión que priva por el referéndum independentista.
El régimen democrático español, que con 39 años de vida ha entrado a su plena madurez, enfrenta hoy su más difícil prueba. El referéndum independentista de Cataluña es visto como el mayor desafío para España desde la entrada en vigor de la Constitución en 1978 tras cuatro décadas de dictadura.
La Generalidad (gobierno autónomo) de Cataluña ha convocado para este domingo un referéndum de autodeterminación de esta región del noreste de la península ibérica que ha sido declarado ilegal por el Tribunal Constitucional español y que el Gobierno central, encabezado por Mariano Rajoy del PP (derecha) se ha propuesto impedir.
Desde hace meses, la tensión no ha dejado de crecer y en los últimos días ha alcanzado sus cotas más altas. La Guardia Civil española entró ayer en el centro de telecomunicaciones del gobierno regional de Cataluña para bloquear los servicios de voto telemático del referéndum, según fuentes de la investigación.
Los separatistas catalanes prometieron, por su parte, ignorar el ultimátum de la policía de desalojar las escuelas que ocupan para utilizarlas como centros de votación en el referendo para su independencia de España. Ayer también se dieron manifestaciones en varias ciudades, incluyendo Barcelona, a favor de la unidad de España.
