Hasta hace poco nadie concebía con seriedad que Donald Trump llegara a la presidencia de Estados Unidos; o que apareciera un brote de odio netamente nazista de discriminación racial en ciudades importantes del país mencionado en pleno Siglo XXI; o que los autodenominados salvadores de la familia (y con ello de la humanidad, según esto) criticaran y hasta marcharan indignados contra el matrimonio gay como si del fin del mundo tratara la cosa.
Aunque Steven Pinker en su investigación doctoral de Harvard "Los ángeles que llevamos dentro" presenta cronológicamente cómo la violencia ha disminuido desde tiempos bíblicos hasta nuestros días (convincente es en su tesis, aunque las imágenes diarias en los medios provoque que nos cueste creerlo) lo visible es que en tan maltratado planeta Tierra aún perviven ideologías medievales, actos salvajes y fanatismos destructivos que en cualquier momento toman fuerza, seguidores, y pueden provocar un cambio social tremendo. Tal situación está en potencia más cerca de lo que creemos.
Tal posibilidad nos presenta la extraordinaria producción que acaba de ganar el Emmy a mejor serie dramática: The Handsmaid' s Tale. La premisa es la infertilidad de la especie humana. Seguramente la causa real tendrá que ver con algún daño en el ecosistema que el mismo humano ha provocado, ya sea alimenticio, medicinal o incluso como consecuencia nuclear o química en algunos de sus usos y costumbres. Pero no faltó quien haya asegurado que es un castigo divino, como en tiempos mosaicos, y toda una muchedumbre dispuesta a creerlo (insisto, si hay grupos que aún creen en el nazismo, o que emitieron su voto a favor de Trump, no descartemos nada).
De modo que la serie comienza meses después del resultado de una cruenta guerra civil en donde los fanáticos religiosos convencidos del castigo divino han ganado y donde un nuevo orden social se ha implementado en un país que presumía de total libertad de sus ciudadanos. Ahora, la teocracia es la que dicta quién es quién, como si de un antiguo sistema de castas se tratara y las pocas jóvenes fértiles que quedaron son reclutadas, entrenadas (eufemismo de esclavizadas) para pertenecer a las familias de élite como una pertenencia y realizar, bajo la bendición del Todo Poderoso, un acto sexual (violación) legalizado, formalizado y ritual, en el que la pareja se encuentra presente, pero donde la criada es quien físicamente es penetrada y, con suerte, con mucha suerte, fecundada.
Es decir, la serie trata sobre esclavitud moderna, fanatismos religiosos que bien pudieran triunfar en el Siglo XXI y sobre la reutilización de castigos bíblicos de los primeros libros: la lapidación pública, cruentas ejecuciones con cuerpos colgados en los muros como escarnio y mutilaciones físicas a manera de castigo. Todo con su debida legalidad.
Ya nos presentó el italiano Paolo Sorrentino en otra de las mejores series del 2017, The Young Pope, el regreso a prácticas medievales en la Edad Cibernética. Un Papa joven, norteamericano, interpretado por Jude Law, en teoría modernizaría la Iglesia. ¡Pero no! Es un conservador con alma de inquisidor que busca regresar al catolicismo a sus años de grandeza e intolerancia, valgan las últimas dos palabras en un mismo párrafo.
Con The Handsmaid→ s Tale ocurre igual: no hay evolución espiritual, tecnológica o social, sino retroceso. Y es que no necesariamente el ser humano avanza, en varios aspectos, sobretodo ideológicos y de ejecución, sino hemos retrocedido, nos hemos estancado. Por eso es tan importante una serie tan original como esta, porque nos lleva a la reflexión, a espejearnos con un futuro hoy muy poco probable, pero no por eso inconcebible.
La serie está basada en la novela que la canadiense Margaret Atwood publicó en 1985 y ha sido un parteaguas en la historia de la televisión, ya que es producida por Hulu, una discreta plataforma de transmisión y no un monstruo como casa productora como lo son HBO o Netflix, a quienes venció.
A destacar la compositiva fotografía, toda una experiencia estética. Y la impresionante actuación de Elisabeth Moss como la criada que relata su historia (y también ganadora del Emmy en su categoría), pero que tiene un pasado libre como ciudadana y que lucha por sobrevivir en este nuevo mundo gris.
Después de la deslumbrante temporada siete de Game Of Thrones, The Handsmaid's tale es la serie del año.
