La ilusión de los aficionados poco a poco fue decayendo en el estadio.
El duelo en el fondo de la tabla parecía todo, menos eso. Los aficionados respondieron de estupenda forma al llamado de Guerreros y Chivas, presentándose por segunda ocasión en el estadio Corona, en menos de un mes.
Desde temprano comenzaron a llegar los aficionados al estadio, aunque muchos se toparon con la sorpresa de que ya no está permitido encender fuego en el estacionamiento, por lo que el plan de la carne asada al estilo "tail gate" gringo, quedó para mejor ocasión. Las bebidas heladas no se perdonaron, esas sí abundaron en el estacionamiento, calentando la garganta para emitir los gritos una vez adentro del estadio, porque vaya que los santistas querían gritar, su apoyo, su frustración, cualquier cosa con tal de expresar su sentir hacia el equipo que ansía salir del mal momento que lo tiene relegado al penúltimo lugar de la tabla.
Los "Chiva hermanos" nuevamente llegaron en gran número para respaldar al actual campeón del futbol mexicano, que también llegó a esta ciudad como el actual sotanero de la Liga MX. No faltó quien llegó al Corona apurado, directo de la oficina ante el horario entre semana, adoptando la moda de "Godínez futbolero", con la camiseta del equipo favorito, sobrepuesta a la camisa y corbata propias del centro de trabajo, aunque ya adoptando las libertades que permite el estadio, como el pintarse la cara, al fin que ya no era horario laboral.
Los que sí tenían que trabajar eran los futbolistas y lo hicieron en serio, estaba de por medio el orgullo, nadie quiere marchar en el último lugar del campeonato, ese sitio no corresponde a las ambiciones de los dos equipos que anoche se encontraron en la cancha del Corona. Los Guerreros tuvieron la máxima oportunidad que puede otorgar el futbol, pero Julio Furch la desaprovechó al ni siquiera dirigir su disparo a portería, en cambio las Chivas aprovecharon una oportunidad similar tras un regalo del árbitro… la maldición del cambio de cancha para Santos, se estaba gestando.
Con el silbatazo de medio tiempo, los abucheos fueron generalizados, se dejaron escuchar también los gritos de "Fuera Chepo", muestra clara de la desesperación que impera en los aficionados laguneros ante el pobre paso de su equipo. La parte complementaria dejó ver mejoría albiverde aunque no se concretaban las jugadas, lo que ponía aún más nerviosa a la fanaticada que se mantuvo firme apoyando a los muchachos del "Chepo" de la Torre.
Un cabezazo providencial de Julio Furch decretó el esperado empate en el marcador y pareció empezar un nuevo partido, con Santos acechando a su presa y las Chivas agazapadas en su propia portería. Pero el empuje de los albiverdes no rindió los frutos esperados, oportunidades se esfumaron y el deseo de ganar el partido también, repitiendo en los aficionados ese sentimiento de inconformidad, de no sentirse completos luego de que se ha ido ya un tercio de torneo y la victoria simplemente no llega.
