Este aficionado aprovechó para tomarse una foto con Oswaldo Alanís. Lobos alcanza al final a Rojinegros
En completo silencio, el plantel de las Chivas Rayadas del Guadalajara arribó ayer a esta ciudad para de inmediato trasladarse a su hotel de concentración y declararse listos para el partido de esta noche ante los Guerreros del Santos Laguna.
Tal y como lo habían hecho hace menos de un mes, cuando vinieron a esta ciudad para jugar partido de la Copa MX, los integrantes del "Rebaño Sagrado" evitaron salir por la sala de espera del Aeropuerto Internacional Francisco Sarabia y de inmediato subieron al autobús del equipo, que ya aguardaba por los futbolistas a un costado de la pista de aterrizaje de la terminal aérea. Las Chivas llegaron en un vuelo privado, apenas bajando de su avión, abordaron el autobús para emprender el corto viaje hacia un hotel ubicado en el fraccionamiento El Fresno.
Al arribo del autobús al hotel, ya un par de decenas de aficionados se encontraban esperando ver a sus ídolos aunque fuera durante unos segundos, pero de inmediato el personal del establecimiento comenzó a colocar una valla metálica para resguardar el paso de los miembros del equipo. Uno a uno fueron bajando del autobús y algunos recibieron con agrado los gritos de apoyo de los aficionados, mientras que otros jugadores simplemente pasaban indiferentes hacia el mostrador con el fin de recibir las llaves de sus respectivos cuartos.
Los aficionados se mostraron entusiastas y solicitaron autógrafos a los jugadores, accediendo algunos a firmar en camisetas, hojas de papel, banderas e incluso una piñata que representaba una chiva vestida con la clásica camiseta rojiblanca. El entrenador Matías Almeyda posó para las "selfies" de algunos aficionados, misma gentileza que tuvieron algunos futbolistas como Oswaldo Alanís, Carlos Fierro y Rodolfo Cota. El propio exSantista Alanís, comentó discreto a los representantes de los medios de comunicación que no les tenían permitido realizar alguna declaración.
Ya con la totalidad del plantel adentro del edificio de su hotel de concentración, sorprendió el llanto de un niño pequeño que lamentaba no haber podido saludar a alguno de sus ídolos, gesto que fue detectado por algunos jugadores que solicitaron al personal de seguridad brindarle el paso al niño, quien durante un breve minuto pudo estar de cerca con los jugadores de su equipo favorito y conseguir algún autógrafo que seguramente representará mucho para el lagunero. De esta manera, en silencio llegó a La Laguna el actual campeón del futbol mexicano, el actual sotanero de la tabla general.
