El XV que llegó para quedarse

Subaru vuelve al escenario mexicano para el lanzamiento del XV (Xtreme Vehicle: eso significan las siglas, no le digas "quinceañero"). Como modelo 2018 es la segunda generación, y su conducción sigue cautivando gracias al conjunto de motor, suspensión, plataforma y tracción a las cuatro ruedas que propone la marca japonesa.

Este XV es un vehículo que se ubica en una posición muy interesante del campo mexicano. Por sus dimensiones y características mecánicas y tecnológicas, se situaría a mitad de los segmentos SUV subcompactos (CX-3, HR-V, Creta, entre otros) y los compactos ( X-Trail, CX-5, Outlander, Tiguan, entre otros).

La aventura se respira. ¿Qué podemos decir sobre el diseño exterior? Bueno, sabemos que los modelos de Subaru no suelen destacarse positivamente de sus contrincantes en este sentido. Sin embargo, con la XV 2018 hay que reconocer una gran evolución con respecto a la generación saliente. Su aspecto nos parece más aventurero, agresivo y dinámico. Estéticamente, hoy es más afín a las sensaciones de manejo que la marca quiere transmitir. Su misión: ser un auto compacto elegante, con capacidades para terrenos no asfaltados con dificultad media-baja.

Ahora, en el apartado interior encontramos un punto muy sugestivo, si comparamos las tres versiones que estarán disponibles en México a partir del próximo 15 de agosto. Se trata de la calidad de los materiales y el nivel de equipamiento. Tanto la versiones Premium GMT (368 mil 900 pesos) como la Premium CVT (388 mil 900 pesos) tienen una fórmula que inicia con siete bolsas de aire, asientos forrados en tela, cámara de visión trasera, control crucero, faros de niebla y faros delanteros de halógeno, faros traseros LED, rieles de techo, rines de aleación de aluminio de 17 pulgadas, sistema de info-entretenimiento Starlink 3.0 con pantalla táctil de 6.5 pulgadas con Apple CarPlay o Android Auto. Todo eso.

La diferencia con la versión intermedia es la inclusión de la transmisión Lineartronic CVT, con modo manual de siete velocidades y paletas de cambios al volante más el sistema X-Mode.

Por el lado de la versión tope de gama (Limited CVT, 445 mil 900 pesos) sí se percibe un gran salto, pues el asiento de conductor ya cuenta con ajuste eléctrico de ocho posiciones. Además, los asientos delanteros son calefactables y la tapicería en tela se cambia por piel. También tenemos espejos laterales con luz direccional, faros delanteros de LED, faros sensibles a la dirección, llave inteligente y sistema de arranque por botón, quemacocos eléctrico, rines de aleación de aluminio de 18 pulgadas, sistema de audio premium Harman-Kardon e info-entretenimiento Starlink 3.0, pero con pantalla táctil de 8 pulgadas, compatible con Apple CarPlay o Android Auto. Y, encima de todo eso, el sistema Avanzado de Seguridad Subaru y el de navegación, elementos que la colocan en las cercanías del segmento premium y que justifican la diferencia de casi 60 mil pesos en comparación con las otras versiones.

Primeras impresiones. Ya imaginarán ustedes que este SUV es uno de los mejores en el manejo; los conocedores saben apreciar las bondades que ofrece la tecnología de Subaru, la cual inicia en la misma plataforma, que evoluciona aquí para perfeccionar los estándares de seguridad y la calidad de conducción, sobre todo en el curveo. En este punto, solo autos de alta gama logran tener un comportamiento similar.

El motor, eso sí, se nota limitado a la hora de domar el peso del auto. La caja CVT tiene buen ajuste, pero al final sigue siendo una CVT, es decir, las aceleraciones y ritmos rápidos no son lo suyo. La parte divertida inicia cuando activas el X-Mode, que gestiona suspensiones, motor, transmisión y el AWD para ofrecer una respuesta inigualable para la actividad off-road.