Ya va para veinte años que se impulsó un proceso que busca construir un gobierno eficiente, un buen gobierno, un gobierno transparente, que rinda cuentas, y una sociedad que se interese y se involucre en los asuntos públicos, en la política, no entendida ésta exclusivamente como un asunto de políticos profesionales y de cuestiones electorales, sino como una actividad que le es natural al hombre en tanto que busca buenas condiciones para la convivencia con otros y que para lograrlo necesita de reglas que lo permitan. Estas reglas requieren de instituciones sólidas, eficientes. No estamos hablando de edificios, tampoco de servidores públicos, sino del conjunto de reglas, instrumentos, mecanismos que hacen que las primeras se apliquen de manera adecuada.
Se podrá preguntar, amable lector ¿por qué, si tenemos tantas leyes, y cada legislatura en su momento busca aprobar más que la anterior, tenemos un esquema institucional tan débil, tan ineficiente, tan corrupto? Porque en nuestro país, las leyes y sus reglamento o están llenos de agujeros, y de omisiones, o quedan supeditadas a la voluntad política, y de su aplicación los resultados los tenemos a la vista: leyes sin reglamento, sistemas anticorrupción sin fiscal especializado para combatirla, saqueadores del dinero de todos nosotros que no son detenidos ni sancionados, partidos políticos que no funcionan, sino como franquicias y negocios de presidentes, gobernadores, alcaldes… En fin, muchas leyes, muchos legisladores, muchos controladores y vigilantes gubernamentales y la misma porquería de gobierno, que cuando no es caprichoso, carece de planes efectivos, y su visión es de un plazo tan corto como la próxima elección.
Lo sucedido en esos 20 años va desde la reglamentación del derecho a la información, pasando por iniciativas como Alianza para el Gobierno Abierto y el impulso al Sistema Nacional Anticorrupción, que en sí tienen en común que no se puede hacer efectivo el primero, ni operar el segundo y mucho menos hacer que funcione el último, sin la presencia activa, documentada, y enterada de la sociedad. Visto así este lapso, los beneficios han sido para los gobernantes y la clase política toda, y sus instrumentos (los partidos políticos) y amigos, y mantener estas instituciones, sus procesos y aparatos burocráticos, claro, lo hemos pagado con nuestros impuestos. Una explicación rápida de lo que estos esfuerzos han significado nos dice que ha sido variopinto el resultado de su actuación; el derecho a la información no ha sido lo efectivo que se esperaba porque el IFAI en su momento no hizo el esfuerzo para que fuera conocido y ejercido por la sociedad, se limitó a spots de 15 segundos en medios diciendo, entre otras cosas, "si quieres saber cuál es la mejor escuela para tus hijos, pregúntale al IFAI". ¡Por Dios! esto no sirve para nada si no se hace el trabajo fundamental que es dar a conocer este derecho y también las obligaciones de la estructura del gobierno y sus partes, cosa que no ocurrió.
El impulso para cumplir el compromiso de la Alianza para el Gobierno Abierto, en Coahuila, se ha quedado en la realización de reuniones sin contenido, buscando dejar que pase el tiempo para luego salir con el llenado de formatos que sólo servirán para la estadística, y llegando al punto de que en la reunión realizada por el Secretariado Técnico Tripartita Local (STTL) a principios del mes de julio de este año, "sobre la existencia de algún documento que nos permitiera saber quién, por qué y para qué se decidió contratar créditos por el gobierno del estado a partir del gobierno de Humberto Moreira y hasta el año de 2017", el representante de la Secretaria de Finanzas dice que "sí se celebraron reuniones para discutir y comentarlo, pero que no existe algún documento que se presente como evidencia, porque en estos casos no se ha generado ninguno", es decir, el gobernador decide y punto, por lo tanto lo relacionado con el conocimiento de responsables sobre la Megadeuda, no existen desde el punto de vista de la documentación de algún acuerdo, memorándum, ni siquiera algún oficio. ¿Por qué?, "porque nunca se ha hecho así" responde este representante.
Responsables de la decisión y manejo del dinero no existen, así de simple y así de grave; por ello cuando se impulsa por ley la creación del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), el resultado hasta este momento no pudo ser otro. La reforma constitucional fue para cumplir con la ley, pero el detalle del contenido se ajustó al interés de los de siempre: el gobernador, jefe de toda la banda, y los legisladores, cómplices, liderados por José María Fraustro - que dice en su declaración patrimonial que ni siquiera tiene un vehículo- aprueban leyes a modo, dejando fuera las propuestas de autonomía e independencia de más de 100 Organizaciones de la Sociedad Civil, para que el Fiscal General y el Fiscal Especializado para combatir la corrupción no sean designados por el gobernador: y en el colmo de las cosas, la diputada Georgina Cano - PRI- presenta una propuesta (9/VIII/17) para que a los miembros del Comité de Selección del SEA se les exhorte a presentar su declaración de la "Ley 3de3"; habría que preguntarse si ella la ha presentado. Diputada: los miembros de ese Consejo no serán empleados públicos, y desempeñarán un cargo honorífico ¿sabe Usted acaso qué es eso?
En fin, si queremos hacer valer nuestros derechos, tenemos que conocerlos y saber dónde y cómo hacerlos valer; si queremos un mejor gobierno en el esquema de AGA, debemos saber qué es y por qué es una iniciativa que permite modificar y mejorar las relaciones entre el gobierno y la sociedad, no simular; si queremos ser factor para combatir la corrupción, debemos involucrarnos para exigir a estos "representantes" -los diputados- que nos rindan las cuentas de esa representación, que den a conocer de manera pública cualquier propuesta que reciban para conformar el Consejo Ciudadano y el Comité de Participación Ciudadano, piezas claves del sistema. Amable lector, ¿quieres saber más sobre estos temas y participar activamente para beneficiar a tu vecindario, colonia, municipio y estado? Acércate a PC 29, te decimos cómo. La oportunidad la tenemos otra vez, debemos aprovecharla, y claro requiere esfuerzo y compromiso. Continuaremos con estos temas, acércate a nosotros.
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