Al llegar este 27 de julio del 2017 logré cumplir los 85 años de edad y lo primero que puedo pensar en dar gracias al gran Dios que todavía me mantiene vivo en este mundo para poder seguir viendo los juegos de beisbol por la televisión día tras día. Tengo tantas cosas que agradecer al cumplir tantos años que llenaría un libro si nombrara a todas ellas y me siento muy afortunado en contar con una señora que me atiende en esta última etapa de mi vida y en que al perder una pierna desde el 2012 he visto cómo mi vida está muy limitada. Sin embargo no hay nada como seguir viviendo y seguir ilusionando cada vez que comienza un nuevo juego de beisbol, ya sea de los Diablos Rojos del México o de los Yanquis de Nueva Yotk que son sobre todo los partidos que llego a ver cada día.
Nací el año de 1932 que fue cuando Babe Ruth conectó aquel cuadrangular en la Serie Mundial contra Cachorros de Chicago y en el que le anunció al pitcher con su mano derecha a dónde iba a poner la pelota. Le dijo al pitcher que iba a colocar la pelota lejos por el jardín central y dio un jonrón sobre la barda central para que los Yanquis ganaran otra Serie Mundial.
El principal regalo al llegar a los 85 años de edad es estar vivo todavía y con ganas de ver otro juego de pelota así como el tener una familia formidable con siete hijos muy estudiosos y trabajadores que han salido adelante en sus vidas. Naturalmente estoy muy orgulloso de ellos y agradecido con que de vez en cuando se acuerden de mí. Pero aunque llegara a tener varias vidas no le podría agradecer a mi compañera, mi esposa, todo lo mucho que ha hecho por mí desde que estamos juntos.
Un muy buen regalo para mis 85 años de edad va a ser el nuevo estadio de beisbol que se va a inaugurar el año que viene y le pido a Dios que me dé oportunidad de llegar a conocer ese nuevo palacio beisbolero en que nos garantizan que las 12 mil localidades que pondrán todos los días a la venta tendrán un asiento cómodo para ver los juegos. Nunca como ahora se necesita dar comodidad al aficionado y el nuevo estadio va a tener un estacionamiento debajo de las gradas. Siempre nos faltó un lugar para estacionar el coche en el querido Parque del Seguro Social mientras que en el "Foro Sol" sobraban los lugares para dejar los carros. Y cuando iba con mi querido hermano Rubén al Parque Delta en los años cuarenta viajábamos en un camión de la línea llamado San Rafael que nos llevaba de regreso a nuestra querida colonia de la Ciudad de México. El primer juego que vi en el Parque Delta fue uno entre Azules del Veracruz de Jorge Pasquel contra los Rojos del México de Ernesto Carmona y que tenían al gran shortstop americano Ray Dandridge. Por aquellos años vimos a los mejores peloteros de color que por las costumbres de aquellos años no podían jugar en Ligas Mayores ni en el Beisbol Organizado y fue cuando Pasquel nos trajo a lo mejor de la cosecha en sepia. Gracias a Dios y a todos por estos 85 años.
