A lo largo de 4 décadas, el lagunero Joel García 'Stuka' ha demostrado su gran capacidad como luchador y ahora se aprecia su legado en su hermano menor 'Stuka Junior' a quien él entrenó para brillar en el CMLL. (Especial)
Llega otro de nuestros "Jueves Sensacional de Lucha Libre" y repasamos en esta ocasión la trayectoria de un gomezpalatino que nunca le tuvo miedo a nada y se elevó por los aires a grandes alturas, hasta codearse con lo más selecto del pancracio nacional, se trata del temerario Stuka.
BARRIO DE LUCHADORES
No podía ser originario de otro sector, fue el barrio de "La Mina" el que vio nacer y crecer al pequeño Joel García, quien vio la primera luz el 2 de enero de 1964 y pronto adquirió el gusto y la pasión por la lucha libre, deporte que prácticamente "se respira" en esos rumbos de Gómez Palacio. Comenzó a entrenar bajo la batuta del Oso García, el gran Polo Torres y el legendario Moro I, quien ha forjado a la dinastía luchística de la familia Andrade.
Fue en 1978 cuando comenzó su carrera profesional, luchando sin máscara y utilizando como apelativo de batalla, su nombre de pila, "Joel García", apareciendo en escenarios como el gimnasio Ferrocarrilero de Gómez Palacio. Ya comenzaba a dar muestras de su calidad, su arrojo y la gran escuela que le impusieron sus maestros, por lo que empezó a realizar giras por otras ciudades del país, incluso ganó algunos trofeos, como la cabellera de Tony Arce, a quien rapó en Cuernavaca, Morelos.
AVIÓN BOMBARDERO
Luego de caer ante Roberto Gutiérrez Frías "El Dandy" en la Ciudad de México, Joel decidió hacer una pausa en su carrera y reinventar su personaje, adquiriendo el apelativo de Stuka, en memoria a un modelo de avión que sirvió como artillero para los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Su equipo sobrio, elegante y la máscara adornada con un antifaz de piloto aviador, pronto comenzó a llamar fuertemente la atención de los aficionados y para 1984 tuvo su primer triunfo sonoro, al despojar de la máscara al Doctor Ho, en contienda realizada en la Arena Puebla.
Se convirtió en un estelar de plazas grandes y reconocidas, como la monumental de Monterrey, Nuevo León, donde tuvo grandes triunfos ante auténticos "Monstruos" del pancracio nacional. Perdería su máscara el 1 de agosto de 1991 en tierras regias, cayendo en un "triangular de la muerte" ante Hijo del Santo y El Perro Aguayo, quien al final de la contienda despojó de su tapa al lagunero.