El pasado viernes 14 del presente, se reanudó la temporada del beisbol de las Grandes Ligas y con ello, inició la segunda mitad del calendario de la actual campaña donde los Astros, los Nacionales y los Dodgers, se encuentran en cómoda ventaja en sus respectivas divisiones y que como van las cosas, se ve que de aquí hasta el colofón del 2017, terminarán conquistando cada uno de sus sectores.
De estos tres y al momento que estábamos redactando este espacio antes de los partidos de ayer miércoles, la escuadra de Los Ángeles es la que se encuentra con el momento óptimo y de eso, nos dimos cuenta precisamente en el primer encuentro el viernes anterior cuando estaban de visita en Miami ya que, el equipo de Don Mattingly, se encontraba a un out de la victoria pero lo malo es que tenían la ventaja de una sola carrera pero Yasiel Puig y con dos hombres a bordo, le encontró la bola a Alejandro Ramos para darle la vuelta al partido encaminando a la escuadra angelina, en ese instante, a su séptima victoria al hilo.
La escuadra que dirige Dave Roberts, no obtiene un título de Serie Mundial desde el año de 1988 cuando vencieron en seis encuentros a los Atléticos de Oakland teniendo en la memoria, el primer juego de ese clásico de otoño una vez que, el equipo que en ese tiempo dirigía Tony La Rusa se encontraba a un out de ponerse en ventaja y teniendo en la loma, a uno de los mejores cerradores de todos los tiempos como lo fue Dennis Eckersley pero entonces, el mánager de los Dodgers Tom Lasorda, llama de la banca a Kirk Gibson con su rodilla hecha polvo y éste, le prende un lanzamiento al pitcher de la bahía para depositarla en las gradas del jardín derecho y darle a la escuadra local, una de la victorias más dramáticas en Serie Mundial de que se tenga memoria.
Combinando los títulos de los Reales en el 2015 y el de los Cachorros de la temporada pasada, sumaban 138 años que había de sequía para estas dos organizaciones estando más renombrada la del equipo de la "ciudad de los vientos" que rompieron la famosa "maldición de la cabra" sin embargo, al equipo de los Dodgers y aunque no se ha oficializado, se ve que al no retirar el famoso número 34 de Fernando Valenzuela, les ha pesado porque a pesar se han sido los amos de la división oeste del viejo circuito en los últimos años, cuando se encuentran en la postemporada se derrumban.
Sin embargo, cualquier jugador que llegue a enrolarse con el organización angelina, por precepto que dispusieron los Dodgers, nadie puede portar el número que inmortalizó el "Toro de Etchohuaquila" tal como le sucedió al loco de Manny Ramírez en el 2008 que después de arribar de los Medias Rojas con su 24, no lo pudo utilizar ya que ese guarismo, si se encuentra retirado con uno de los que fueron managers de Los Ángeles Walter Alston y entonces cuando quiso usar el 34, le comentaron que, aunque ese número no ha sido retirado, le pertenece a una leyenda pero entonces viene la pregunta ¿Por qué rayos no lo han hecho?
¿Aguantaremos otros 29 años?
