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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

Lo feo o bonito de un nombre

A mí en lo particular, me parece que Tomasa es un bonito nombre, como que tiene mucho carácter, pero a mi amiga no le gusta que le llamen así. Ella es una de esas personas a las que, si le dices como la bautizaron, casi es como si la insultaras. Todo el mundo, entre sus familiares y amistades, la conocen como "Tammy", nombre cariñoso que recuerda una vieja y dulce película de Debbie Reynolds: "Tammy, la flor de los pantanos".

Hay mucha gente, principalmente mujeres, que sufren porque a sus padres se les ocurrió bautizarlas con un nombre que a ellas les parece feo y en muchos casos de plano llega a parecerles horrible. En el caso de mi amiga, Tomasa era el nombre de su abuela materna que estaba en trance de morir cuando ella nació, y para perpetuar el nombre en la familia, se lo "enchalecaron" a la pobre criatura, con lo que la traumaron haciéndola llevar esa pesada carga para toda la vida.

La solución para aquellos que tienen nombre feo, impronunciable o con algún otro problema, son los hipocorísticos, apodos cariñosos que les adjudicamos a los seres queridos. Por ejemplo, a la mayoría de los Franciscos que conozco no se les llama así… A un Francisco le decimos Paco, a otro Pancho o Panchito, y los que se quieren hacer muy internacionales, te obligan a que les digas Frankie.

La palabra hipocorístico viene del griego y se refiere a algo acariciador. El Diccionario de la Academia lo define como un nombre que, "en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa familiar o eufemística", y por si usted no lo recuerda, los eufemismos son palabras bonitas.

De hecho, tengo varias amigas que están en el caso de Tomasa (alias Tammy). Por ejemplo, a mi prima la bautizaron como María del Rosario, pero si quieres ponerla de mal humor dile Chayo… Eso le repatea, acción del verbo repatear, que según el Diccionario de la Academia, significa fastidiar o desagradar mucho. Si no quieres agredirla, dile Charo o Charito, y te lo aceptará de buen grado.

Yo tenía una compañera de trabajo a la que le decíamos Conchita porque se llamaba Concepción y eso para ella estaba bien, pero si le quitabas el diminutivo a Conchita, era como si la insultaras, porque Concha se oye muy diferente y hasta vulgar, pues en algunos países la palabrita es prohibida socialmente porque en el habla popular se refiere a "esa" delicada parte de la anatomía femenina.

En fin, yo le recomendaría que "acaricie" (en sentido figurado, desde luego) con un bonito apodo cariñoso a la gente diciéndole Yola o mejor Yoli a Yolanda, Lupita o Lupito a Guadalupe y Vicky a Virginia, a Victoria o a Vicenta, como es el caso de la cantante Vicky Carr, que es "tocaya" de Chente Fernández.

A Manuel es muy probable que le parezca más cariñoso que le digan Manolo y no Meme, que suena como simplón, lo mismo que a Guillermo, a quien le ha de gustar más Willy que Memo. A Pedro le ha de"acariciar" más que le digan Piter que Perico, que es un nombre muy mexicano, pero se refiere a una ave que tiene fama de ladina y vulgar, y a Antonio le decimos Toño, aunque hay quien mejor le llama Tony.

Termino con el caso de mi amiga escritora María Enriqueta, que hizo una campaña entre sus amigos y conocidos para que dejaran de decirle Queta y le digan Marien, que es el seudónimo con el que firma sus trabajos. Era Queti o Queta por Enriqueta y ahora es Marien por Marienriqueta.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

¿Qué onda con el mal uso del adverbio "siempre"? Ejemplo: "¿Siempre sí fuiste al súper?". "No, siempre no fui". Lorena Morales.

RESPUESTA:

El adverbio "siempre" tiene varios significados. Equivale a expresiones como "definitivamente" o "a fin de cuentas". Si decimos por ejemplo "siempre sí fuiste a tal parte", es porque había duda, y preguntamos si "a fin de cuentas" o "defintivamente" la persona si acudió a donde tenía intenciones de ir. No se puede decir que aplicarlo así sea hacer mal uso del adverbio.

Observación curiosa para terminar: Cuando suena el silbato, parece que el barco se está sonando la nariz. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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