Yo escribí y comenté que México no iba a calificar a las semifinales de la Copa Confederaciones Rusia 2017, no veía como uno de los dos, Portugal campeón de Europa, o Rusia país sede, se quedaran fuera para dejarle su lugar a la selección azteca.
Para mi particular punto de vista la forma en que venía jugando el equipo dirigido por Juan Carlos Osorio no daba para tanto, y sigo pensando igual después de que el Tri eliminó a los rusos, pero lo que piense yo o cualquier otro que cuestione la forma de juego del once nacional, viene a valerle punto menos que un méndigo cacahuate al señor Osorio y sus futbolistas, ellos siguen obteniendo lo que más se pide en este despiadado mundo del futbol actual: resultados.
La Selección encuentra la manera de sobrevivir y remontar, en los últimos dos juegos a México le llegaron los neozelandeses y rusos diez veces al menos, con opciones claras de gol y le anotaron dos, en el renglón principal de las estadísticas, los goles, la Selección Nacional superó a ambos. Se mantiene invicta y ya forma parte de los cuatro mejores. Ahora ¿es injusto pedirle al técnico colombiano que su equipo juegue más convincentemente? Me parece que sí, si se tratara de Brasil o Italia, que en algún momento en la historia estas dos grandes potencias se han olvidado del futbol vistoso para ser más efectivos y obtener mejores resultados, ellos protagonizaron la peor final de Copas del Mundo de la historia. A estos dos grandes equipos si es justificado fustigarlos por intentar un futbol mezquino traicionando una gran historia llena de grandeza y fantásticos cracks, ¿pero México? ¿En base a que se le pide a nuestra Selección que juegue bien y bonito? ¿cuándo lo ha hecho?
Los mejores momentos de nuestra representación nacional según mi humilde opinión han sido hace en la Copa América de Ecuador 93, a México lo dirigía Miguel Mejía Barón y la integraban cracks del nivel de Hugo Sánchez, Benjamín Galindo, Ramón Ramírez, Zague y demás grandes futbolistas de esa generación. Para mí, México no ha vuelto a tener jugadores de esa calidad. Esa fue la generación dorada, la que se quedó en penales contra Bulgaria en el Mundial gringo debido a la indecisión de su entrenador, cuando tenía extenuados y de rodillas a los búlgaros, faltaba el golpe final al meter a Hugo, pero Mejía Barón vaciló y en un Mundial esos errores te pasan factura.
A lo que quiero llegar es que al parecer algunos críticos de futbol en nuestro país olvidan que nuestra Selección en toda su historia apenas alcanza el título de mediocre, nada más, verifiquen los lugares que ha ocupado en Copas del Mundo que compensados con las actuaciones decorosas en Copas América nos dan un resultado mediano, ni bueno ni malo, lo de siempre, ojalá la suerte que tan necesaria es para los equipos no competitivos a nivel elite, abrase y consienta a este equipo y encuentre una rendija por donde colarse a su estilo, a sus formas, con rotaciones y demás artilugios de Osorio a protagonizar una final en un torneo de clase mundial.
Pero por favor, no exijan un futbol vistoso y espectacular en donde no lo hay, que se puede mejorar sí, pero también da la impresión que en cualquier momento se le volverá a caer el teatro a Osorio y no lo digo en sentido peyorativo, es que esa sensación da, de que todo está sostenido por alfileres, que es un espejismo, "un espejismo" por cierto que te entrega una muy real estadística: 27-2 en ganados y perdidos, triunfos en canchas antes inhóspitas e históricamente inexpugnables, Osorio ha logrado lo más importante, convencer a los que tiene que convencer y ya los convenció y se mueren por él en la cancha, sus jugadores. Para acabar, pronto Juan Carlos Osorio ha cambiado aquella frase de "jugamos como nunca y perdimos como siempre"; ahora podría aplicar: "jugamos mal, pero ganamos como siempre".
