Operativos. En mayo de 2015 se llevaron a cabo operativos para clausurar los rastros que operaban de manera clandestina.
Sin las mínimas condiciones de higiene opera el Rastro Municipal de Matamoros, denunciaron algunos introductores de carne.
Aunado a lo anterior los cobros por los servicios prestados son muy elevados, incluso las aportaciones que les cobran son al doble de lo que se cobran en el Rastro de Torreón, que éste sí tiene la certificación TIF (Tipo de Inspección Federal).
Los quejosos, que pidieron no revelar su nombre dijeron que el lugar es sólo un "matadero" de ganado, no cuenta con cuarto frío y opera de manera rústica, pues no cuenta con las herramientas necesarias para el sacrificio de los animales, aunque lo más grave son las condiciones insalubres con las que opera; "es más no hay ni jabón y cloro para lavarse las manos, las canales permanecen en el sol, al aire libre y luego se junta el agua y se hace una 'nata' del agua sucia", recriminaron.
Mencionaron que pese a las condiciones en las que opera el centro de matanza, los cobros que les hacen son de entre 446 pesos y 646 pesos, pues les cobran 250 pesos por matar la res o el cerdo, 126 pesos del sello y por lavar el menudo son 70 pesos. Para aquellos introductores de ganado que acuden después de las 2 de la tarde son 200 pesos más.
Mientras que en el Rastro de Torreón los cobros son de entre 250 y 320 con el derecho de resguardar la carne un día en el cuarto de refrigeración.
"Si sale bastante dinero como para sostener el lugar y mantenerlo limpio, porque así bajita la mano ahí se matan unos 30 animales al día y sin contar los que vienen a de Torreón, porque el rastro de allá no trabaja los jueves y domingos", mencionaron.
Como se recordará el centro de matanza se construyó hace casi dos años, luego de que la Secretaría de Salud llevara a cabo algunos operativos en mayo de 2015 para clausurar los rastros clandestinos.
En dichos operativos intervinieron elementos de las corporaciones policiales e incluso en alguna ocasión intervino la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Tras la clausura, las personas que operaban dichos lugares se manifestaron en la presidencia municipal para exigir una solución, pues esos lugares generaban fuentes de empleo, fue entonces que para regular la actividad y para cumplir con las exigencias de la Secretaría de Salud el municipio habilitó el espacio donde funcionaba la perrera municipal como rastro y el proyecto contemplaba a futuro la construcción de un rastro tipo TIF, pero hasta ahora no se ha concretado nada.
