Foto: Raúl Sisniega
El artista capitalino se ha dedicado a producir obra gráfica en diversos formatos y técnicas (ilustración digital, animación, serigrafía y demás), pero ha llegado con pasos fuertes al arte urbano bajo la firma de Le Super Demon.
“Estoy más cerca de ser ilustrador, pero en lo personal me gusta pensar que lo que mejor hago es imaginar cosas”, así define su su trabajo el propio creador.
Nacido en la Ciudad de México, Sisniega se sintió atraído por las artes plásticas desde la adolescencia, sus visitas a museos en mucho contribuyeron a elegir su esfera de acción creativa.
Creció en una familia en la que no se tenía contacto con el arte, de manera que el acercamiento a lo que sería su profesión llegó hasta el bachillerato. Por esos días comenzó a dibujar. Cursó dos años en una escuela de Derecho, pero la abandonó para inscribirse en la Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual, con orientación a la fotografía, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP).
Su paleta de gustos incluye, además de dibujar, la geometría, la naturaleza, la anatomía, la ciencia y las artes. Su arte gira en torno a conceptualizar la idea de la transformación constante y el movimiento como partes fundamentales de la naturaleza de la materia. La metamorfosis y lo que el cambio implica, dentro de una dinámica que no se agota, que se multiplica hacia el infinito.
A través de distintas imágenes Sisniega intenta mostrarle al espectador la existencia de aquello que considera el auténtico amo del sistema natural: El caos. “Es un intento humilde de explicarme cosas que veo en la naturaleza, todo está construido a base de unidades pequeñas. La idea de que todo se repite a escala micro y macro, es la explicación que más me conforta”, afirma sobre su ideario.
En cuanto a su viajes creativos que terminan con una obra en el catálogo, todo sale del mismo puerto: hace el diseño en lápiz, luego utiliza tecnología digital para revisar distintos mosaicos y reproduce el archivo digital ya sea con pintura, acrílico, óleo, serigrafía, cerámica, incluso bordado.
El proceso sigue un detallado esquema que no pretende sujetar sino liberar las formas, la combinación de los colores e incluso la selección de los espacios.
El movimiento no es un elemento que esté presente únicamente en el discurso de este capitalino. La búsqueda de ese concepto es la vertical que rige la forma en que comunica su lenguaje mural. Gran parte de sus obras se encuentra depositada en muros de diferentes ciudades del país.
SIN DESPEGAR EL LÁPIZ
En los últimos ocho años, Raúl Sisniega ha trabajado en el proyecto creativo Lesuperdemon. Esta senda lo condujo a explorar el uso de patrones geométricos naturales para construir imágenes formadas por pequeñas partículas que se entrelazan creando criaturas y escenarios llenos de actividad motriz así como ilusiones ópticas.
En un salto de interfaz, este muralista ha empezado a diseñar espacios tridimensionales. Su objetivo es crear un set con una serie de fotografías que le permita montar una obra a partir de la idea de la reproducción infinita.
“La idea es que la obra sea parte de una escenografía para recrear a gente en momentos cotidianos, mientras el espacio que lo rodea está decorado con mis mosaicos”, comparte.
Ser un artista independiente le ha permitido vivir con tranquilidad a pesar de lo incierto que puede presentarse el panorama para sus proyectos. Aspectos fundamentales de su oficio, además de la creatividad, son la disciplina y la constancia.
“Mi recomendación a los jóvenes que deseen dedicarse a alguna actividad artística es no olvidar sus raíces y origen, pero desarrollar su ser. Para eso hay que salirse de la cuna, material e ideológicamente”, subraya.
La obra de Sisniega es ubicada en el entorno de una generación de artistas emergentes, que combinan juventud, calidad y seriedad al momento de comprometerse con un curso de acción. Una de las características del trabajo del protagonista de estas líneas es el empeño que ha mostrado desde sus inicios.
Su repercusión en la escena creativa lo ha llevado a recibir constantes invitaciones para compartir su experiencia con jóvenes de diferentes ciudades. Tiene disposición para ofrecer talleres y charlas. Uno de sus tópicos favoritos es revistar la historia del grafiti. Su discurso suele combatir la idea que reduce esa manifestación a la comisión de vandalismo. Sisniega celebra que se trata de una manera que de expresarse que goza de gran salud en México.
CONSTRUIR CAMINOS
Su obra ha sido expuesta en galerías de la Ciudad de México, Veracruz y Cancún. Ha tenido obra comisionada en restaurantes y oficinas en México, Inglaterra y Australia. En cuanto a su trabajo mural, en la Fraternidad de la Universidad de la Comunicación se puede apreciar su participación en el proyecto Pueblos y barrios originales de la Ciudad de México.
“Mi intención es que la cosas que me han asombrado quisiera contárselas al espectador. Eso para mí es arte”, explica sobre la forma en que se nutre su imaginario.
El artista emergente comentó que las redes sociales y el blog lesuperdemon.blogspot.com han funcionado como medio de difusión de su obra en el medio profesional y para promocionarla dentro del mercado del arte.
Si bien la geometría está presente en buena parte de sus creaciones, una constante que también reclama atención es la relativa a los símbolos de la identidad. Le gusta introducir elementos extraídos de la iconografía prehispánica.
Otra característica de su labor creativa lo lleva a recrear conceptos naturales que estimulan la imaginación.
Con una inventiva que combina la perspectiva urbana y conceptos más allá de lo perceptible, Raúl Sisniega ha forjado un catálogo abundante.
Gracias a la constancia en el diseño y la disciplina en la experimentación de los formatos, el sentido artístico de este capitalino se abre paso ante las aglomeraciones producidas en su interior por la constante exposición a la urbe.
