Minimizado por el Instituto Mexicano del Seguro Social en los últimos años el colosal faltante de reservas para atender las pensiones y jubilaciones de sus propios trabajadores, el tema volverá a la palestra en los próximos días al hacerse público el Informe al Ejecutivo y al Legislativo sobre la situación financiera y riesgos del organismo
Atenuada a medias la precaria situación presupuestal del instituto con mayor aprovechamiento de su infraestructura y ahorros de operación, fundamentalmente en compra de insumos, el fardo sigue gravitando. Este año la instancia de seguridad social deberá erogar 80 mil millones de pesos para evitar el naufragio, colocándose en la perspectiva un gasto de 101 mil millones para 2035. La erogación histórica a partir del gobierno de Carlos Salinas De Gortari en que se encendieran los focos rojos, supera los 2 billones de pesos.
Aun así, hasta el año pasado el faltante alcanzaba 2 billones 860 mil millones de pesos, en un escenario en que la nómina de jubilados y pensionados alcanza 270 mil. El crecimiento promedio de ésta en términos reales es de 5.2 % anual, lo que implica que para 2035 alcanzaría 400 mil 722 jubilados.
Aunque a lo largo de los últimos años se han realizado dos reformas a la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social, la más traumático es 2004, cuando los trabajadores sitiaron las Cámaras Legislativas, para evitar la asfixia a futuro, el escenario se mantiene intacto para los trabajadores que se contrataron antes de esa fecha.
El compromiso, entonces, era no aceptar trabajadores de nuevo ingreso si no se garantizaba el fondo laboral correspondiente.
El cambio, al calor de la protección constitucional a los derechos adquiridos, alcanzó sólo a los de nuevo ingreso, ya en un aumento en la aportación y en la edad de retiro, además de cancelar prestaciones adicionales.
De acuerdo con el Régimen de Jubilaciones y Pensiones anterior, un trabajador podía jubilarse a los 28 años de labores en caso de los hombres, y a los 27 para las mujeres, con el equivalente al promedio salarial de los últimos cinco años.
Naturalmente, bajo ese parámetro un trabajador puede retirarse a los 46, 50, 52 o 56 años, según la edad con que haya ingresado al organismo.
Con problemas similares, aunque muy lejos de la magnitud del IMSS, el gobierno logró equilibrar la situación en Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, bajo dos vías, un acuerdo sindical para modificar las condiciones de retiro para trabajadores entrantes y una aportación gubernamental extraordinaria. Ésta duplicaba el monto en que se redujo la perspectiva de gasto.
La Secretaría de Hacienda atribuye parte del sobrendeudamiento del país a la erogación realizada al cambio de empresas públicas o paraestatales a productivas de Estado. Repetir el numerito no sería tarea fácil dados los problemas de caja que se arrastran.
Por lo pronto, el grito en el cielo regresará en el rito clásico del informe previo a la asamblea financiera del IMSS.
Habrá que ver cuál es la fórmula mágica.
Aunque la Secretaría de Hacienda había advertido que venía una recuperación económica que mejoraría los parámetros, pero sin alcanzar las metas previstas al principio del año, de pronto, al fragor de la temporada electoral el panorama cambio del gris al rosa.
De acuerdo con el Consejo Nacional para Evaluar Programas Sociales, Coneval, los efectos del gasolinazo, devaluación y demás no han rebasado la capacidad de compra de los trabajadores. El caso es que según el Inegi la tasa de inflación en la primera quincena de mayo, por más que disminuyó 0.34 %, se mantuvo en 6.7 % a tasa anualizada.
El caso es que el alza promedio de precios en medicinas alcanzó hasta abril 7.7 %. De hecho, al fragor de la realidad Aeroméxico debió aceptar un alza salarial de seis por ciento de cara a su personal de vuelo.
La economía está creciendo, pero la magnitud está muy lejos de lo previsto.
A iniciativa de la presidenta de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Araceli Damián, se promovió un punto de acuerdo para citar a comparecer al presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, Carlos Ramírez Fuentes.
La estafeta la tomó el senador perredista Fernando Mayans Canabal, quien la turnó a la Comisión Permanente.
La intención es que el funcionario explique el caso de las administradoras de fondos para el retiro multadas por la Comisión Federal de Competencia Económica por colusión para frenar traspasos de cuentas de los usuarios del sistema.
En paralelo, se trata de explicar las nuevas reglas para limitar, justo, los traspasos, vía la imposición de reglas para hacer el trámite.
Desde un lado se castiga y desde otro se legitima una práctica.
Desbordadas al nivel de descaro las prácticas irregulares para no decir trampas, para favorecer a favoritos del rey en licitaciones públicas, en Morelos se llegó al inaudito.
Hete aquí que convocada una licitación internacional para la adquisición de pruebas químicas con servicio integral y equipos automatizados en comodato para el hospital del Niño Morelense, ayer se llegó a la fase de presentación de posturas.
La cita era a las 10 de la mañana, con la novedad de que a esa hora no se cerró la puerta de acceso.
Así, la Importadora Bassas llegó a la cita 10 minutos tarde, pese a lo cual se le dio cauce. De acuerdo con el reloj checador de la caseta de acceso a vehículos, los representantes de la empresa llegaron a las 10:10. Sin embargo, la hora fue tachada para aparentar que hubo puntualidad.
Así de simple.
BANCOPPEL, 10 AñOS
Quien está cumpliendo sus primeros 10 años es BanCoppel, cuyo nicho es la clase media. Sus directivos presumen que en el lapso, en cuyo marco se le permitió operar como banca múltiple, ha oscilado hasta el sexto lugar en número de sucursales.
Su cartera alcanza 23 millones de clientes.
La intermediaria mantiene, de acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el segundo lugar del sistema como emisor de tarjetas de débito y el tercero en plásticos de crédito.
Su cobertura es de mil lugares de atención al público.
